La estación Kami-Shirataki, ubicada en Hokkaido, Japón, estaba programada para cerrar debido al número extremadamente bajo de pasajeros.
En lugar de cerrar la estación, las autoridades tomaron una decisión sorprendente: mantener activo el servicio hasta que la niña terminara sus estudios.
Durante varios años, el tren llegaba y salía exclusivamente en función del horario escolar de la joven, lo que le permitía ir al colegio por la mañana y regresar a casa por la tarde.
Cuando la estudiante terminó sus estudios, la estación fue cerrada definitivamente, marcando el final de una extraordinaria historia de responsabilidad y respeto por la educación.

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