La estatua del Faraón que fue tallada en una de las piedras más difíciles de trabajar.
Sin embargo, es curioso que fue elaborada con una de las piedras más difíciles para tallar que se conocen hasta el momento: la diorita. Su dureza está entre 7 y 8 en la escala de Mohs, pero debido a su consistencia, es más difícil de trabajarla incluso que el granito, pues en la actualidad, el granito solo lo puede ser trabajado con diamante (dureza 7).
Entonces, cómo se pudo trabajar en el siglo XXVI a.C. la estatua de diorita del Faraón Kefrén con una precisión tal, que no se observa ninguna imperfección propia de herramientas.
En aquella época lo más duro que existía era el cobre o alguna mezcla de él. No existía el hierro (dureza 4 en la escala de Mohs) y menos el hierro al carbono (dureza 5).
El hierro apareció primero en Oriente, en el siglo XII a.C., pero en Europa no apareció hasta el siglo VIII A.C. y no se sabe cuándo apareció en África.
Ni aún con el hierro tampoco se podía trabajar la diorita, pues el hierro es mucho más blando.
La escultura, que fue descubierta en 1860, está esculpida en un único bloque de roca diorita, de brillante color negro y de extrema dureza, mide 1,68 metros de alto y 57 centímetros de ancho. Actualmente se exhibe en el Museo Egipcio de El Cairo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario