20250430

 

"Las Películas y series de Ajedrez que nos mintieron: Lo que el Cine y la televisión no te cuentan sobre el Juego"
1. The Queen’s Gambit (2020)
Sin duda, una de las series más influyentes sobre ajedrez. Sigue a una joven prodigio en su camino a convertirse en la mejor jugadora del mundo mientras lucha contra sus demonios internos.
2. Pawn Sacrifice (2014)
Basada en la vida del legendario Bobby Fischer, esta película explora su duelo histórico contra Boris Spassky en el Campeonato Mundial de 1972 durante la Guerra Fría.
3. Searching for Bobby Fischer (1993)
Esta película sigue la vida de un niño prodigio del ajedrez y explora la presión que enfrenta mientras todos intentan moldearlo como el próximo Bobby Fischer.
4. The Luzhin Defence (2000)
Una historia sobre la obsesión, en la que un gran maestro del ajedrez lucha contra sus demonios personales mientras se enfrenta a un campeonato crucial.
5. The Seventh Seal (1957)
Aunque no es una película exclusivamente sobre ajedrez, es famosa por su icónica escena en la que un caballero juega ajedrez con la Muerte en un enfrentamiento simbólico por su vida.
6. Life of a King (2013)
Basada en una historia real, narra la vida de un exconvicto que enseña ajedrez a jóvenes en un barrio marginal para alejarlos del crimen y las drogas.
7. Queen of Katwe (2016)
La inspiradora historia de una niña de Uganda que, contra todo pronóstico, se convierte en una campeona de ajedrez internacional.
8. Fresh (1994)
La trama sigue a un niño que utiliza sus habilidades de ajedrez para sobrevivir en las peligrosas calles de Nueva York, trazando estrategias para escapar del crimen.
9. Computer Chess (2013)
Una comedia experimental sobre los primeros días de la inteligencia artificial en ajedrez, que explora los límites entre la mente humana y las máquinas.
10. The Dark Horse (2014)
Basada en la vida de Genesis Potini, un prodigio del ajedrez en Nueva Zelanda que lucha contra el trastorno bipolar mientras ayuda a niños de su comunidad a través del ajedrez.
Entonces ¿por qué el cine nos ha mentido respecto al ajedrez?
Aunque el ajedrez ha sido representado en muchas películas como un juego de estrategia, intelecto y tensión psicológica, lo que el cine, a menudo, no te cuenta es la complejidad emocional y mental que implica jugar al máximo nivel. Hollywood tiende a exagerar ciertos aspectos dramáticos, mostrando el ajedrez como una serie de movimientos rápidos, cuando en realidad las partidas de torneos suelen durar horas, a veces incluso días, en los casos más intensos.

Además, el cine rara vez refleja las presiones psicológicas reales de los jugadores de élite, que enfrentan no solo a sus oponentes en el tablero, sino también la fatiga mental, la ansiedad por el rendimiento, y en muchos casos, un desgaste emocional que puede afectar profundamente su vida personal.
Otro aspecto que el cine tiende a romantizar es la idea de que cualquier persona con talento natural puede alcanzar la cima en poco tiempo.

La realidad es que, si bien el talento es importante, los grandes maestros pasan décadas perfeccionando su técnica, estudiando miles de partidas y sometiéndose a entrenamientos rigurosos que requieren sacrificios en otros aspectos de su vida.
Finalmente, aunque algunas películas muestran finales brillantes y victorias heroicas, lo que no ves son las decenas de partidas perdidas, la incertidumbre constante y el trabajo minucioso que requiere aprender de los errores.

El ajedrez es más que un duelo de genios; es un viaje de perseverancia, frustración y aprendizaje continuo, algo que el cine, con su necesidad de dramatismo y narrativas rápidas, no siempre logra capturar.
Puede ser una imagen en blanco y negro de una persona y ajedrez
Todas las reacciones:58

20250427

 

- Este poema es tan hermoso que deja sin palabras -
Y tuve que aceptar
Que no sé nada del tiempo,
que es un misterio para mí
y que no comprendo la eternidad.

Yo tuve que aceptar que mi cuerpo
No sería inmortal que él envejecería
y un día se acabaría.

Que estamos hechos de
recuerdos y olvidos;
deseos, memorias,
residuos, ruidos,
susurros, silencios,
días y noches,
pequeñas historias
y sutiles detalles.

Tuve que aceptar que
Todo es pasajero y transitorio.

Y tuve que aceptar
que vine al mundo
para hacer algo por él,
para tratar de dar
Lo mejor de mí, para dejar
rastros positivo de mis pasos
antes de partir.
Yo tuve que aceptar
que mis padres
no durarían siempre
y que mis hijos
poco a poco
escogerían su camino
y seguirían su camino sin mí.

Y tuve que aceptar
que ellos, no eran míos, como suponía
y que la libertad de ir y venir
es también un derecho suyo.

Yo tuve que aceptar
que todos mis bienes
me fueron confiados en préstamo,
que no me pertenecían
y que eran tan fugaces
como fugaz era
mi propia existencia en la Tierra.

Y tuve que aceptar que
los bienes quedarían
para uso de otras personas
cuando yo, ya no esté por aquí.
Yo tuve que aceptar
que barrer mi acera todos los días
no me daba garantía
de que era propiedad mía
y que barrerla con tanta constancia
sólo era una sutil ilusión de poseerla.

Yo tuve que aceptar
que lo que llamaba “mi casa”
era sólo un techo temporal
que un día más, un día menos
sería el abrigo terrenal de otra familia.

Y tuve que aceptar que
mi apego a las cosas,
sólo haría más penosa
mi despedida y mi partida.
Yo tuve que aceptar
que los animales que quiero
y los árboles que planté,
mis flores y mis aves eran mortales.
Ellos no me pertenecían
Fue difícil pero tuve que aceptarlo.

Yo tuve que aceptar
mis fragilidades,
mis limitaciones y
mi condición
de ser mortal,
de ser efímero.

Yo tuve que aceptar
que la vida continuaría sin mí
y cómo que, al cabo de un tiempo,
me olvidarían.

Humildemente confieso
que tuve que librar
muchas batallas
para aceptarlo.

Y tuve que aceptar que
no sé nada del tiempo
que es un misterio para mí
Que no comprendo la eternidad
y que nada sabemos sobre ella.

¡Tantas palabras escritas
tanta necesidad de
explicar, entender y
comprender este mundo
y la vida que en el vivimos!

Pero me rendí y acepté
lo que tenía que aceptar
y así dejé de sufrir.

Deseché mi orgullo y
mi prepotencia y admití que,
La naturaleza trata a todos
de la misma manera,
sin favoritismos.

Yo tuve que desarmarme
y abrir mis brazos para
reconocer la vida como es
Reconocer que
todo es transitorio
y que funciona
mientras estemos
aquí en la Tierra.

¡Eso me hizo reflexionar
y aceptar y así alcanzar
la paz tan soñada!

Silvia Schmitt, pensadora alemana.


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