“No tenía nada…

excepto una guitarra, hambre y el deseo de no desaparecer. Yo no nací en Londres, ni en Nueva York. Nací en Akron, Ohio. Una ciudad gris, con fábricas, donde soñar con el rock era casi una ofensa. Pero mi corazón latía por la música. Así que me fui. Me subí a un avión rumbo a Inglaterra con un par de dólares, mi cuaderno de canciones y la certeza de que allá estaba mi lugar.

La pasé mal. Muy mal.

Dormí en suelos, trabajé de lo que fuera: vendiendo ropa, limpiando. Pasé hambre. Una vez, me ofrecieron casarme solo para poder quedarme en el país. Otra vez, terminé en un pub llorando porque me habían robado todo. Pero no me quebré. Yo sabía que tenía algo que decir.

Toqué con quien se dejara. Fui parte del caos punk de Londres, vi nacer bandas como The Clash y Sex Pistols. Nadie creía en una chica solitaria con guitarra. Nadie apostaba por una mujer al frente de una banda de rock. Hasta que un día... nació The Pretenders.

Y lo demás no fue fácil. Perdí a dos compañeros de banda por sobredosis. Tuve que criar a mi hija sola, mientras giraba por el mundo. Me caí mil veces, pero siempre me levanté con la guitarra en mano.

Soy Chrissie Hynde. He tocado en estadios, he cantado con íconos, he resistido a una industria que muchas veces te quiere moldear… o borrar. Pero nunca dejé de ser yo.

Si estás sola, si estás rota, si todos te dicen que no vas a poder… recuerda esto:

el rock no necesita permiso. Solo necesita verdad".

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