HACE 74.000 AÑOS...
SOBREVIVIR AL APOLCALIPSIS
Una mañana de hace, aproximadamente, 74.000 años un grupo de humanos en la costa de
Sudáfrica observó una nube negra que avanzaba por el cielo hasta cubrirlo
todo y que dejó su mundo en la semioscuridad durante los siguientes
siete años. A partir de aquel momento dejó de haber verano, las plantas y animales se morían en masa
y conseguir el alimento bajo aquel cielo de ceniza se convirtió en un
desafío. Los que sobrevivieron debieron encontrar refugio en cavernas y alimentarse de recursos costeros como los mariscos, altamente nutritivos y menos susceptibles a la erupción que las plantas y animales tierra adentro.
Y sin embargo, aquel grupo sobrevivió y siguió adelante con su
vida diaria.
La explosión del supervolcán Toba
es el mayor evento catastrófico en la historia reciente del planeta y
se calcula que fue 100 veces más potente que el del siglo XIX,
tras la erupción del monte Tambora, provocó el llamado “año sin verano”
y consecuencias desastrosas para millones de personas. La magnitud de
la erupción fue tal que algunos científicos han elaborado la “teoría de la catástrofe de Toba”, según la cual aquella erupción produjo un cuello de botella evolutivo - del que hay evidencias genéticas- y redujo la población de humanos a entre 1.000 y 10.000 personas.
El nuevo hallazgo plantea dudas sobre si este grupo sobrevivió por encontrarse en una zona “refugio”
(alimentarse de pescado y marisco pudo ser un factor clave) y si fueron
los únicos supervivientes de un invierno volcánico o si hubo más grupos
como estos en otros puntos del globo.
Cuello de botella evolutivo.
En biología se dice que una población o especie ha sufrido una situación de cuello de botella cuando ha experimentado un drástico descenso en el número de miembros en algún momento del pasado, llegando en algunos casos a estar al borde de la extinción. Como consecuencia, los ejemplares de las generaciones posteriores al cuello de botella presentan una escasa variabilidad genética, como nos pasa a nosotros.
Los cuellos de botella aceleran la evolución de las especies que los experimentan de forma considerable, pues se produce una selección intensiva de determinados caracteres que pasan a ser mayoritarios en los individuos supervivientes.
En genética de poblaciones, el efecto de cuello de botella consiste en una fuerte reducción en el tamaño de una población debido a eventos estocásticos ambientales. El efecto se caracteriza cuando un gran número de individuos mueren, y la población se restaura a partir de una reserva de genes más pequeño que antes. Es decir, este efecto se produce cuando algún evento natural extermina la mayoría de una población, reduciendo de ese modo la variación de esa especie.
cuello botella evolutivo
Osea, que hace entre 70 y 75.000 añitos y debido a la erupción del volcán del lago Toba, que se encuentra en el norte de la isla de Sumatra, en Indonesia, la especie humana estuvo a las puertas de su extinción, quedando muy pocos de nuestra especie y ese es el motivo por el que, genéticamente, somos similares.
Esa vez, fue por poco, la próxima... ya veremos, si nos salvamos.
MPALACIOSH



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