AHOGAMIENTO SECUNDARIO
Lo que todos los padres deberiamos saber.
Ejemplo:
Tu querido jodido y revoltoso niñito, te coge la vuelta y, cuando te quieres dar cuenta, lo ves chapoteando en el agua con la cabeza bajo ella. Te lanzas al agua, con los zapatos, el Marca, la chaqueta, las gafas de sol y, como no, con el dichoso móvil en el bolsillo. Llegas hasta el enano, lo sacas, el churrumbel toce un poco y... parece que sólo ha sido un susto.
¿Te suena este ejemplo? Pues ahora pasemos a lo que no te suena...
El ahogamiento secundario sucede, al igual que con el ahogamiento
primario, cuando alguien inhala agua, pero a diferencia de este último
el secundario no se produce inmediatamente sino entre los 15 minutos y
las 72 horas de haberse producido la inhalación. Geneneralmente se
produce después de haber sufrido un semi-ahogamiento.
¿Por qué es tan peligroso?
Es peligroso por varias razones, la principal es que si no se trata
en un centro médico es mortal, generalmente al suceder después de haber
tenido el gran susto de un ahogamiento pensamos que el peligro ha pasado
y si no reconocemos los síntomas puede que lleguemos tarde al hospital.
¿Por qué sucede?
Se produce por los daños en el tejido pulmonar ocasionados por el semi-ahogamiento anterior.
Los síntomas
Debemos permanecer atentos a los siguientes síntomas y en caso de que
aparezcan llevar al paciente al centro de salud más cercano sin pérdida
de tiempo.
- Dificultad para respirar.
- Tos intensa
- Cansancio extremo o inusual
- Comportamientos extraños respecto a la actividad cerebral como, dificultad para pronunciar palabras, pérdida de memoria o falta de atención.
Prevención
La mejor forma de prevención de un ahogamiento secundario es llevar
al niño a un centro médico después de haber sufrido un semi-ahogamiento.
Si el niño ha tendido que ser reanimado o ha sido algo más que un
simple trago de agua deberá verlo un médico lo antes posible para evitar
posibles lesiones.
Lo que debes saber:
Puede ser complicado reconocer
los síntomas de ahogamiento secundario, ya que la víctima aparentemente
está bien después de un episodio de casi-ahogamiento. Quizás el niño
haya aspirado una cantidad de agua muy pequeña y pienses que lo ha
expulsado todo al toser. En el ahogamiento secundario, el agua puede
llenar los alvéolos pulmonares, lo cual reduce la capacidad de oxigenación de la sangre.
El corazón no se ralentiza de forma significativa durante este proceso,
sino que lo hace muy poco a poco, de modo que tu hijo podrá seguir
hablando y andando.
El único síntoma observable es un cambio repentino
de personalidad o en el nivel de consciencia,
pues los niveles de oxígeno se reducen pasado un tiempo.
Por
tanto, si tu hijo experimenta un episodio de casi-ahogamiento, observa
con mucha atención su comportamiento y su nivel de energía. Puedes
salvarle la vida si actúas con rapidez y le llevas para que le vea un
médico inmediatamente.
«Siempre que un niño haya sufrido un ahogamiento en una piscina o en la
playa por más que recupere conciencia rápidamente y lo veamos bien hay
que llevarlo a un centro hospitalario inmediatamente».
¿Por qué?
Porque
«el ahogamiento seco es un proceso por el cual se produce un espasmo de
la laringe, ya que ella se cierra como protección, no entra agua, pero
tampoco entra aire. El ahogamiento secundario comienza cuando el agua se
introduce en los pulmones y se queda estancada a pesar de las maniobras
de reanimación. Esta acumulación de líquidos se llama edema pulmonar
que causa dificultad respiratoria y no tiene por qué aparecer
inmediatamente, puede hacerlo hasta 76 horas después del ahogamiento y
pudiendo ser lo suficientemente grave como para desencadenar la muerte».
YO TAMPOCO,
YA HEMOS APRENDIDO ALGO NUEVO HOY... LOS DOS.
Tomado del infatigable Internet.