¿De dónde vienen los "escrúpulos"?
De una piedra en el zapato. Literalmente.
Los soldados romanos lo sabían bien. En sus largas marchas, las piedritas se colaban dentro de sus sandalias (kaligae) y causaban un dolor constante.
Entonces, los legionarios debían decidir:
¿Sigo marchando con dolor… o me detengo para sacarla, arriesgando retrasar a todo el grupo y recibir castigo?
Esa incomodidad constante, ese dilema entre actuar o no actuar, dio origen al concepto de “tener escrúpulos”.
Con el tiempo, el término salió del ejército y se instaló en la vida civil.
Pero he aquí el giro:
senadores, jueces y políticos romanos no caminaban.
Viajaban a caballo, en carruaje o en litera.
Como los políticos de hoy, que van en carro con chofer.
Nunca tuvieron piedras en los zapatos.
Por eso, tampoco tuvieron escrúpulos.

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