Éramos apenas un puñado de personas dispersas, a lo largo y ancho del planeta, gritando, a los cuatro vientos, que la supuesta pandemia de COVID-19 era una estafa y que no pensábamos inyectarnos aquel veneno experimental al que llamaban vacuna.
Corría marzo de 2020, y esta locura no había hecho
más que empezar.
A lo largo de estos cinco años, no hemos parado
de crecer, y lo que, en un principio, podría parecer un pequeño grupo de
gente rara gritando consignas libertarias, hoy ya es un movimiento
internacional imparable.
Nos han llamado fascistas,
conspiranoicos, negacionistas y un sinfín de apelativos similares, con
la intención de desacreditarnos y socavar nuestra credibilidad. Pero lo
cierto es que, a día de hoy, podemos asegurar con total rotundidad que
¡el tiempo nos ha dado la razón en absolutamente en TODO!
Afirmamos
que los estados de alarma, el confinamiento, los cierres perimetrales y
el uso del bozal eran medidas ilegales, y el Tribunal Constitucional nos
dio la razón, declarando como nulas todas las sanciones interpuestas
durante esos períodos.
Insistimos en que el “supuesto” virus
SARS-CoV-2 no estaba aislado, purificado, ni secuenciado, por lo que era
imposible acreditar su existencia (SI NO SE PUEDE PROBAR SU EXISTENCIA, EL SUPUESTO VIRUS... NO EXISTE), y el propio Ministerio de Sanidad lo
tuvo que reconocer finalmente, así como la mafiosa OMS y todos los organismos e
instituciones a los que se les ha requerido esa información por vía
judicial.
Pronosticamos que las vacunas COVID dejarían tras de sí
un reguero de muerte y enfermedad sin precedentes y solo hay que ver
los innumerables fallecimientos por “repentinitis” y los casos de
trombosis arterial, ictus, miocarditis y un sinfín de efectos adversos
provocados directamente por las inoculaciones de los pinchazos de la muerte.
La pasada semana
saltaba la noticia de que un juez de Cataluña ha sentenciado como
"accidente laboral" los trombos sufridos por un profesor tras inocularse
de COVID-19.
Así pues, la pregunta en este momento sería:
¿Quiénes son ahora los locos?
¿Quiénes son los conspiranoicos?
Hemos acertado en absolutamente TODO.
Pero esto no ha sucedido porque tengamos super poderes o condiciones extraordinarias, ha sucedido porque hemos aplicado un principio lógico y básico que se encuentra en alarmante peligro de extinción.
Se llama SENTIDO COMÚN.
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