- LOS AMISH -
EEUU
¿Sabias que la mayoría de sus comunidades viven sin tipo de tecnología moderna?
En el corazón de Estados Unidos, específicamente en estados como Pensilvania, Ohio e Indiana, existe una comunidad única que parece haber detenido el tiempo: los Amish. Esta comunidad religiosa, conocida por su estilo de vida sencillo, tradicional y su rechazo casi total a la tecnología moderna, sigue principios que datan del siglo XVII.
Los orígenes de los Amish se remontan a 1693 en Suiza, dentro de un movimiento más amplio conocido como menonitas. Jacob Ammann, cuyo nombre lleva la comunidad, buscaba una práctica más estricta y disciplinada del cristianismo. Sus seguidores, conocidos por su modestia en el vestir y su vida austera, emigraron a América en busca de libertad religiosa, estableciendo sus primeras comunidades en el siglo XVIII.
Lo que más llama la atención de los Amish es su uso limitado de la tecnología. Ellos evitan emplear electricidad, automóviles y teléfonos. En su lugar, utilizan lámparas de queroseno y carruajes tirados por caballos, creando una imagen que parece sacada de otro tiempo. Esta elección está profundamente enraizada en el concepto de 'Gelassenheit' (rendición), que valora la humildad, la familia, la comunidad y la fe sobre el individualismo.
La vida diaria Amish gira en torno a la agricultura, la carpintería y otros oficios manuales. El trabajo no solo es una necesidad económica, sino una forma de preservar su estilo de vida comunitario y valores. Los niños Amish asisten a escuelas operadas por la comunidad hasta el octavo grado, después de lo cual se espera que aprendan un oficio o ayuden en el hogar y en las granjas. La educación se centra en las habilidades prácticas necesarias para la vida en su sociedad.
El idioma también juega un papel crucial. Aunque los Amish hablan inglés con forasteros, entre ellos se comunican en un dialecto alemán conocido como 'Pennsylvania Dutch'. La religión sigue siendo el eje central de la vida Amish, con servicios religiosos que se llevan a cabo en las casas de los miembros de la comunidad.
Una práctica distintiva es el 'Rumspringa', un rito de paso que comienza alrededor de los 16 años. Durante este tiempo, los jóvenes Amish tienen la oportunidad de experimentar la vida fuera de la comunidad antes de decidir si desean ser bautizados como miembros adultos de la iglesia. Sorprendentemente, la mayoría elige regresar y vivir de acuerdo con las estrictas normas de la comunidad.
La resistencia de los Amish al cambio y la modernización no es simplemente obstinación. Creen que la tecnología puede distraer de los valores familiares y comunitarios y fomentar el individualismo en detrimento del bienestar colectivo. Este modo de vida, aunque a menudo idealizado por los medios, enfrenta desafíos significativos, especialmente relacionados con cuestiones de salud y el manejo de tierras agrícolas.
Los Amish no solo representan una curiosidad cultural o un anacronismo viviente. En un mundo que cambia rápidamente y que valora la tecnología sobre muchas otras cosas, ofrecen una perspectiva crítica sobre la sostenibilidad, la comunidad y la resistencia cultural. En su rechazo deliberado de la modernidad, los Amish nos desafían a reflexionar sobre qué aspectos de nuestra propia vida podríamos simplificar para enfocarnos más en lo que realmente valoramos.
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