DESARRAIGO Y SUMISIÓN
Los recursos empleados para dañar el raciocinio y la objetividad del individuo, y conseguir su sumisión, han sido numerosos y eficaces.
Esta eficacia depende, en gran medida, del miedo y la evasión administrados mediáticamente.
Para derribar los valores que protegen al individuo frente a la infamia, la ingeniería social no ha escatimado medios.
Una vez desarraigado de sus raíces y valores culturales el ciudadano se encuentra indefenso, aislado, acobardado y sin capacidad para organizarse, reencontrar su jerarquía natural y defenderse de depredadores y delincuentes.
Estas astucias depredativas, aun yendo disfrazadas, son perceptibles para quienes, dotados de sinceridad, gozan de un carácter audaz y un sano apetito indagativo.
En estos tiempos depravados la valentía honesta es necesaria
Hemos sido sometidos a una meticulosa labor de ingeniería social, cuyo principal objetivo ha sido destruir la fuerza y el coraje que todo ser necesita para luchar por su libertad.
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