20220607

 

PARADOJA DEL BARCO DE TESEO Y LA ESENCIA DE LA IDENTIDAD 
 
Empecemos aclarando lo más importante: ¿Qué es una paradoja? Estrictamente, una paradoja es una declaración o argumento que se contradice o conduce a una situación que es lógicamente imposible.
 
Por ejemplo, si a un objeto se le reemplazaran sus partes, pongamos un barco, ¿seguirá siendo el mismo barco? Se trata de un clásico de la antigua Grecia, la paradoja del barco de Teseo, popularizada por el historiador griego Plutarco. El ejemplo dice así: El barco en el que Teseo y los jóvenes de Atenas regresaron de Creta tenía treinta remos, y fue preservado por los atenienses incluso hasta la época de Demetrio de Falero, ya que sustituyeron las viejas tablas de madera que se descomponían, colocando madera nueva y más fuerte en su lugar; de tal manera que este barco se convirtió en un ejemplo permanente entre los filósofos: unos sosteniendo que el barco seguía siendo el mismo y otros, que no. ¿Sigue siendo el mismo aunque se reemplacen todas sus partes? 
 
Existe además una pregunta adicional: si las partes reemplazadas se almacenasen, y luego se usasen para reconstruir otro barco ¿cuál de ellos, si lo es alguno, sería el barco original de Teseo?
Es una reflexión acerca del crecimiento y la identidad. ¿Cuál es la esencia única de los objetos? ¿Es la misma cosa?
 
Esta paradoja también se puede aplicar a nosotros, a las personas. ¿Seguimos siendo los mismos si nuestro físico cambia? ¿Y si lo que cambia es nuestra personalidad?
 
¿Qué pasaría entonces, si pudiéramos técnicamente trasladar nuestros pensamientos, recuerdos y planes a otro cerebro o a un sistema que se comporte como él? ¿Seguiríamos siendo la misma persona?
La misma paradoja se aplica a la identidad. ¿Tenemos una identidad estable o esta puede cambiar? El filósofo Heráclito se posicionó con su famosa declaración: “Ningún hombre puede cruzar el mismo río dos veces, porque ni el hombre ni el agua serán los mismos”. Ante lo cual surge la duda de si la identidad se renueva o se cambia, sigue siendo la misma o es otra.
 
Cuando nos miramos en el espejo con el paso de los años, no vemos a la misma persona. Nuestro físico cambia al igual que nuestra personalidad. Sin embargo, las personas no somos solo nuestro físico y nuestra personalidad. Las personas también son sus relaciones con los demás, sus acciones sobre el entorno, sus planes, sus obras, etc. También somos nuestras identidades sociales.
 
Mientras todo esto siga igual, aunque el envoltorio cambie, la persona va a ser la misma, ¿o no? Como toda paradoja, la del barco de Teseo sigue sin encontrar una respuesta única. No obstante, el pensar sobre ello puede ayudarnos a comprender y aceptar mejor el cambio...

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario