20220616

 


"No hay moros en la costa"

Es una frase hecha muy popular en España que significa que no hay peligro a la vista y que todo está calmado.​ Este es un dicho muy antiguo que tiene su origen en los constantes ataques de los piratas berberiscos​ a pueblos españoles ubicados en la costa del Mediterráneo,​ los cuales se prolongaron durante más de dos siglos.
Esta expresión española es un recuerdo de lo peligroso que era vivir a orillas del mar o cerca porque durante siglos era normal el ataque de piratas berberiscos para capturar hombres, mujeres y niños, llevarlos al norte de África y venderlos como esclavos. De hecho, gran parte de la costa sureste del Mediterráneo español se despobló ante la inseguridad que provocaban estas incursiones, trasladándose a pueblos del interior lejanos a la costa.

Esto tuvo consecuencias que aún hoy en día se dejan sentir. Por ejemplo la zona del Cabo de Gata en Almería fue una zona despoblada que fue conocida durante siglos como “frontera de moros”, lo que dificultó su repoblación y desarrollo económico, convirtiendo esta esquina de la península ibérica en una auténtica "zona de nadie". La inaccesibilidad del área por vía terrestre fue aprovechada por los piratas norteafricanos para recalar en sus costas abasteciéndose de víveres y provisiones de las escasas huertas y fuentes próximas al litoral, o resguardarse de temporales y flotas enemigas.
Las acciones berberiscas fueron aumentando en número y osadía, llegando a tomar posesiones en Ibiza, Mallorca y en la propia España peninsular con ataques en Almuñécar o Valencia. Muchas de estas acciones de piratería culminaban con éxito gracias a la cooperación y apoyo logístico que los piratas berberiscos obtenían de los moriscos españoles, hasta que fueron expulsados por Felipe III. Pero el peligro berberisco no sería aplacado hasta finales del siglo XVIII- principios del siglo XIX.

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