- Te quiero -
Que palabra tan grande y que fácil es hacerla pequeña.
El querer es un sentimiento limpio y puro, sentimiento perdido, corrompido por el dinero, por la necesidad de poseer confundida con el querer.
Una palabra preciosa que nos empeñamos en darle significados absurdos y banales por el individualismo impuesto por una sociedad sin sentimientos, sin empatía, sin saber lo que realmente es querer, hace que la utilicemos sin sentirla.
El dinero se ha encargado de que sea una necesidad, cuanto más dinero tienes más quieres, crece el deseo de poseerlo todo y cuanto más vale más lo quieres.
Y al final la palabra quiero no significa nada, ha perdido toda su esencia.
La quiero, lo quiero, ¿como que? ¿Cuánto?
Poniendo límites al querer sin que te sacie, te llene, te aporte, te haga sentir por más que quieras quererlo todo.
Si lo quiero, es mío, mio y querer, no lo entiendo, cuando el querer no es tener, ni poseer, ni desear, ni tan siquiera podérselo permitir o no.
Querer es más, es mucho, lo es todo.
Significa desprenderte de ti, no poseer nada pero recibirlo todo.
Es compartir un sentimiento, contigo mismo, con alguien, con muchos, con el mundo, con un desconocido o con quien es el motivo de tu existencia.
Quiero un amanecer cada día. Y no es mio, no lo puedo comprar, y lo quiero para mí, para ti, para todos, lo comparto con el mundo, como comparto la inmensidad del mar.
Quiero la luna, pero no que nadie me la baje del cielo, la quiero ahí donde está, iluminando la noche, para que cuando yo la mire y tú la mires, sepas que ahí estoy, queriéndote, queriéndonos, en el mismo mundo y bajo el mismo cielo.
Quiero una tarde de risas, de compartir sueños y quiero que tú también quieras tenerla, conmigo, con tu familia y amigos, con tus hijos y chocolate, con tu gran amor y una taza de té.
Quiero abrazarte fuerte y que... cuando lo haga, tú quieras abrazarme con las mismas ganas.
Quiero un beso, quiero miles o un millón, los quiero todos, porque el valor de un beso no tiene precio, su valor es lo que provoca en ti, algo que no se puede comprar ni vender, un regalo, un presente y en mi presente quiero tus besos.
Quiero tu sonrisa esa que me regalas cada vez que me miras, la que imagino en tu boca cuando hablamos que provoca la mía, eso quiero.
Te quiero ver y sentir, siendo tu mism@, siendo lo que veo, lo que me gusta de ti, lo que me haces sentir cuando escucho tu voz, tu risa.
El querer no es tener y mucho menos poseer, el querer es recibir, es compartir, es sentir... es libertad.
Y el querer no tiene limites, ni forma, ni sexo, ni edad, ni motivo, ni razón.
El querer se da, se regala, se ofrece y te lo ganas, porque uno recibe lo que es.
Porque cuando más quieres más recibes sin que cueste ningún esfuerzo ni querer, ni que te quieran por querer.
Y es así como me quiero, a tu lado, compartiendome, ofreciéndote lo que soy, lo que siento, mi mundo y mi vida.
Porque no hay nada que quiera que tú no me puedas dar con un simple...
... Te quiero
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