20190925
20190924
- Te quiero -
Que palabra tan grande y que fácil es hacerla pequeña.
El querer es un sentimiento limpio y puro, sentimiento perdido, corrompido por el dinero, por la necesidad de poseer confundida con el querer.
Una palabra preciosa que nos empeñamos en darle significados absurdos y banales por el individualismo impuesto por una sociedad sin sentimientos, sin empatía, sin saber lo que realmente es querer, hace que la utilicemos sin sentirla.
El dinero se ha encargado de que sea una necesidad, cuanto más dinero tienes más quieres, crece el deseo de poseerlo todo y cuanto más vale más lo quieres.
Y al final la palabra quiero no significa nada, ha perdido toda su esencia.
La quiero, lo quiero, ¿como que? ¿Cuánto?
Poniendo límites al querer sin que te sacie, te llene, te aporte, te haga sentir por más que quieras quererlo todo.
Si lo quiero, es mío, mio y querer, no lo entiendo, cuando el querer no es tener, ni poseer, ni desear, ni tan siquiera podérselo permitir o no.
Querer es más, es mucho, lo es todo.
Significa desprenderte de ti, no poseer nada pero recibirlo todo.
Es compartir un sentimiento, contigo mismo, con alguien, con muchos, con el mundo, con un desconocido o con quien es el motivo de tu existencia.
Quiero un amanecer cada día. Y no es mio, no lo puedo comprar, y lo quiero para mí, para ti, para todos, lo comparto con el mundo, como comparto la inmensidad del mar.
Quiero la luna, pero no que nadie me la baje del cielo, la quiero ahí donde está, iluminando la noche, para que cuando yo la mire y tú la mires, sepas que ahí estoy, queriéndote, queriéndonos, en el mismo mundo y bajo el mismo cielo.
Quiero una tarde de risas, de compartir sueños y quiero que tú también quieras tenerla, conmigo, con tu familia y amigos, con tus hijos y chocolate, con tu gran amor y una taza de té.
Quiero abrazarte fuerte y que... cuando lo haga, tú quieras abrazarme con las mismas ganas.
Quiero un beso, quiero miles o un millón, los quiero todos, porque el valor de un beso no tiene precio, su valor es lo que provoca en ti, algo que no se puede comprar ni vender, un regalo, un presente y en mi presente quiero tus besos.
Quiero tu sonrisa esa que me regalas cada vez que me miras, la que imagino en tu boca cuando hablamos que provoca la mía, eso quiero.
Te quiero ver y sentir, siendo tu mism@, siendo lo que veo, lo que me gusta de ti, lo que me haces sentir cuando escucho tu voz, tu risa.
El querer no es tener y mucho menos poseer, el querer es recibir, es compartir, es sentir... es libertad.
Y el querer no tiene limites, ni forma, ni sexo, ni edad, ni motivo, ni razón.
El querer se da, se regala, se ofrece y te lo ganas, porque uno recibe lo que es.
Porque cuando más quieres más recibes sin que cueste ningún esfuerzo ni querer, ni que te quieran por querer.
Y es así como me quiero, a tu lado, compartiendome, ofreciéndote lo que soy, lo que siento, mi mundo y mi vida.
Porque no hay nada que quiera que tú no me puedas dar con un simple...
... Te quiero
- TRISTE PERO CIERTO -
Hay mucha gente que se pregunta:
"¿Cómo hacían los papás de antes para mantener a tantos hijos?".
Pues les digo... fuera de que la capacidad adquisitiva era igual o menor en esos tiempos.
Los padres de antes tenían un secreto y se los voy a compartir.
El secreto de los papás de antes es:
¡NO GASTABAN EN TONTERÍAS !
A nosotros nunca nos faltó nada, porque se nos compraba lo necesario... teníamos la ropa necesaria, no la de moda.
Los juguetes eran esperados en Navidad y cumpleaños, no cuando los pidiéramos ni por portarnos bien, o pasar las materias de la escuela, esa era nuestra responsabilidad.
Y era un "intercambio" justo.
Ellos nos daban comida y sustento, y nosotros no éramos un dolor de cabeza y nos preparabamos para cuando ellos nos hicieran falta.
Al paso que vamos, los niños van a querer un sueldo por cumplir con sus labores.
Ahora a los niños se les da toda clase de premios y reconocimientos.
¿Medallas de participación?
O sea premios por existir.
Por eso, tú que eres padre de familia te vuelves casi esclavo de tus hijos, unos hijos que casi no ves por trabajar para ellos.
Y en tu afán de darles todo, lo único que has conseguido es tener a un pequeño jefe bien vestido, mal educado, con mal carácter, que cree que merece todo, pero inseguro y con baja autoestima.
Niños con el closet lleno, y el interior vacío.
Tú hijo no necesita todos los juguetes.
Tú hijo no necesita los botines más caros
Tu hijo no necesita la ropa de marca.
Tú hijo te necesita a ti, dale tu tiempo.
La segunda pregunta del tema que más se hacen es:
"¿De dónde sacaban los papás de antes, la paciencia para aguantar tanto ?"
Ah pues ¿Recordáis que os dije que nosotros no éramos un dolor de cabeza ?
Aquí el segundo secreto.
Los papás de antes NO TENÍAN PACIENCIA.
No había tolerancia, nos portabamos bien sí o sí... había disciplina.
Por educación no te tiras al piso, por educación no gritas en el centro comercial, por educación no contestabas, por educación respetaba las cosas ajenas y un interminable etcétera.
Entiendo que queráis ser amigos de vuestros hijos, pero primero sean sus padres, eduquenlos...
Yo no sería amigo de alguien que llora por nada, no me respeta o me hace pasar un mal tiempo.
¿Tú sí?
Y muchos dirán: "cuando tienes hijos lo entiendes".
No, yo ya entendí y estas dos razones me regirán...
Difícil encomienda...
20190923
- El amor de mi vida -
“Él tiene ochenta y tantos años e insiste en llevar de la mano a su mujer por donde anda.
Y cuando le pregunté, ¿Por qué su mujer camina como distraída, cómo si siguiera nada?
El respondió, porque tiene Alzheimer.
Entonces le pregunté, ¿Se preocupará su mujer si usted la suelta, la deja o simplemente usted se cansa?
Y respondió "Ella no se acuerda...Ya no sabe quien soy yo, desde hace un par de años que ya no me reconoce".
Yo sorprendido, le dije: "¡Ah...!
Y aun así sigues de guía por el camino cada día, a pesar de que ella no te reconoce".
El hombre sonrío, me miró a los ojos.
Entonces me dijo:
"Ella no sabe quien soy yo, pero
yo si sé quien es ella... El Amor De Mi Vida"
MPALACIOSH
- Kafka y la Muñeca -
Paseando por el parque Steglitz, en Berlín, encontró a una niña llorando desconsolada, había perdido su muñeca.
Kafka se ofreció a ayudar a buscar la muñeca y se dispuso a reunirse con ella al día siguiente en el mismo lugar.
Incapaz de encontrar a la muñeca compuso una carta “escrita” por la muñeca y se la leyó cuando se reencontraron:
- “Por favor no llores, he salido de viaje para ver el mundo. Te voy a escribir sobre mis aventuras ...“- Este fue el comienzo de muchas cartas.
Cuando él y la niña se reunían, él le leía estas cartas cuidadosamente compuestas, de aventuras imaginarias sobre la querida muñeca.
La niña fue consolada.
Cuando las reuniones llegaron a su fin, Kafka le regaló una muñeca.
Ella obviamente la veía diferente de la muñeca original . Una carta adjunta explicó:
-"Mis viajes me han cambiado … “ -
Muchos años más tarde, la chica ahora crecida, encontró una carta metida en una grieta desapercibida dentro de la muñeca.
En resumen, decía:
-" Cada cosa que amas
es muy probable que la pierdas,
pero, al
final,
el amor volverá de una forma diferente“- .
MPALACIOSH
20190914
La Religión del Monstruo de Espagueti Volador, o Pastafarismo, es una
religión que sigue al Monstruo
de Espagueti Volador, también conocido como Flying
Spaguetti Monster.
El Monstruo de Espagueti Volador es un ente supranatural benevolente que
creó el mundo hace unos 5.000 años atrás, cuando iba un poco borracho, aunque
el mundo se ha construido para que los humanos crean que es mucho más antiguo
de lo que lo es.
Es importante establecer firmemente que la Religión del Monstruo Volador de
Espagueti es una religión de paz, probablemente la más pacífica de todas.
Una forma de
evidenciar lo absurdo de la presencia religiosa en el ámbito público.
Resulta sorprendente
y curioso como hoy es admitido todo lo que pueda tener un sentido religioso
frente a convicciones no religiosas. Ese fue el sentido inicial e irreverente
de esta "religión pastafari". Valga un ejemplo: mientras los
gobiernos facilitan actos evangélicos, musulmanes,… se prohíben manifestaciones
ateas, cuando estos representan un 25 % de la población y las religiones no
católicas no llegan entre todas ellas al 3 %. Y dejemos claro que la libertad
de conciencia y la neutralidad del Estado no depende, en absoluto, del número
de seguidores. Es un derecho individual, basta una sola persona. Precisamente
para evitar cualquier discriminación el Estado debe ser plenamente neutral y
actuar con una absoluta separación, lo que en modo alguno significa que el
Estado sea antirreligioso, pues convicciones y creencias son asuntos de cada
persona, sin que el Estado deba intervenir para favorecer o atacar., sólo debe
proteger el espacio público de las posibles injerencias de unas y otras.
El caso del pastafarismo plantea la
siguiente cuestión: ¿qué convierte en religión a una religión? Para una
imaginación algo laica, la respuesta es obvia: las religiones se caracterizan
por hacer creer cosas ridículas que no pueden ser verdad. Eso es exactamente lo
que hay detrás del pastafarismo. Por supuesto, es absurdo suponer que el
universo fue creado por un bol gigante de espaguetis pero, ¿no es incluso más
absurdo suponer que un hombre muerto puede resucitar o que profetas surquen el
cielo a caballo?
Cuando Bob Marley gritó «¡Rastafari!
Elegido por dios» al final de un concierto en Londres, nadie se rió pero, si
hubiera gritado «¡Pastafari! Elegido por dios», el efecto habría sido muy
diferente, aunque tendrías que tener el cerebro horneado con la misma
consistencia que una galleta de hachís para suponer que Haile Selassie era
realmente divino. Algo tan absurdo, por sí mismo, no sería útil para distinguir
la religión de otras formas de creencia.
El llamamiento al sentido común tiene
límites muy estrictos. Casi todo lo que la ciencia moderna nos dice es
intuitivamente falso, y mucho más interesante que lo que el sentido común puede
imaginar. Si la defensa de la ciencia del conocimiento es que puede apoyarse
por la evidencia, esto resulta ser mucho más complicado y mucho menos seguro de
lo que parecía obvio hace 150 años. Las cosas que damos por sentadas –la
democracia, la igualdad, los derechos humanos y este tipo de conceptos– podrían
negarse con facilidad, en teoría, así como en la práctica, y sería imposible
justificarlas de no ser por sus logros. Son tan vulnerables a estar cargadas de
absurdo como la mayoría de religiones.
Pero si el mundo laico no entiende
la religión, es tan defendible como que el mundo de la religión tampoco lo
hace. La idea de que la religión se puede separar de otras partes de la vida
implica que hay una esfera de vida no religiosa o secular. No todas las
sociedades hacen esta distinción y es indispensable que se haga.
MPALACIOSH
https://www.youtube.com/watch?v=Cl9cqb0T1pI&feature=youtu.be
20190910
Nos invade la nostalgia
Sólo
podemos respirar ahora, sentir ahora y pensar ahora. Aunque nuestro cuerpo vive en un constante aquí
y ahora, nuestra mente
sólo es capaz de tomar conciencia del presente algunas veces al día, por
lo que pasamos la mayor parte del tiempo navegando entre recuerdos
del pasado y fantasías del futuro.
Como dice Sabina, “no
hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás existió”
Recordar no es malo. Las personas estamos hechas de recuerdos, de experiencias y vivencias que
edifican lo que somos en la actualidad.
Dejar que la nostalgia nos
acaricie de vez en cuando con su aire tibio y evocador no tiene por qué ser
algo negativo.
Según nos dicen los especialistas, el ser
humano pasa gran parte del día “recordando cosas”, pero ahora bien, no debemos
anclarnos a esos recuerdos de una forma obsesiva.
En ocasiones, dejamos de lado el momento
presente para experimentar un pasado que parece que nunca se va. Nos da miedo
soltar los recuerdos que una vez fueron tan importantes para nosotros. Esto
puede hacernos mucho daño y evita que podamos disfrutar del ahora y seguir
hacia delante.
«El crepúsculo de la desaparición lo baña todo con la
magia de la nostalgia»
-Milan Kundera-
Una de las facultades que nos propicia el mundo emocional es sin duda la
sensación de nostalgia. Se trata de evocar un recuerdo, pero no un recuerdo
cualquiera, sino uno querido, uno añorado de ese nuestro álbum particular del pasado.
Sin
saber cómo, nos vemos de pronto arropados por multitud de imágenes,
sensaciones, palabras y sonidos de ese ayer que nuestra memoria ha guardado con
sigilo y ternura en una parte especial del arcón de nuestra memoria.
Los recuerdos tejen lo
que somos. Y la mayoría del tiempo, las personas somos nostalgia. Somos
recuerdos.
Pero a veces la nostalgia trae consigo un perfume triste. Trazos de una vida vivida que nos deja cierta sensación de
añoranza y dolor en vista de un ayer que tal vez, concentró mucha felicidad, un
bienestar del que carecemos en el presente.
Es entonces cuando algunas personas
pueden caer en el abismo de ese laberinto, obsesionándose en la nostalgia de
recordar el ayer.
La nostalgia debe servirnos para recordar lo que fuimos, lo que tuvimos
y lo que vivimos para después sacar una valoración, un aprendizaje de la misma. Toda experiencia es un
conocimiento para avanzar, no para quedar estancados.
La
nostalgia debe ser algo que forme parte de nuestro archivo personal, ahí donde
poder volver de vez en cuando. Pero nunca debemos convertirla en esa puerta que
siempre dejemos abierta y cuya brisa, cuyo perfume, se entrometa continuamente
en nuestro “ahora”.
La palabra nostalgia tiene un interesante significado que ilustra
toda su realidad: su raíz griega, de nostos, viene denesthai (regreso, volver a
casa), y de algos (sufrimiento). Se explicaría pues como ese padecimiento por
el deseo de regresar, de volver a un lugar determinado.
Debemos
pensar en el pasado mediante una perspectiva de gratitud y agradecimiento por
haber vivido dichas experiencias, verlas con tranquilidad. Con la satisfacción
de haber tenido momentos realmente plenos. Pero no hay que
caer en el error de valorar que
todo era mejor antes, de dejar
perder esa armonía entre lo vivido y el presente. Nuestra vida es un continuo
donde fijar nuestras perspectivas en el futuro.
«No hace falta renunciar al pasado al entrar en el
porvenir. Al cambiar las cosas no es necesario perderlas»
-John Cage-
El
pasado nos sirve para aprender. Es una experiencia que nos dota de madurez y
nos permite crecer. Pero la felicidad se busca cada día en el presente, en las pequeñas
cosas, en los pequeños detalles.
“No hay peor nostalgia que
añorar lo que nunca existió”.
lamenteesmaravillosa
20190908
“Huevo de Colón”
Con 32 metros de altura, es la mayor escultura en bronce, de España; pa que te hagas una idea, la Torre del Oro tiene 36 metros.
Obra del escultor ruso Zurab Tsereteli, fue una donación del ayuntamiento de Moscú a la ciudad.
La escultura sería inaugurada por la infanta Elena de Borbón y Grecia (alias La Tonta), en octubre de 1995.
El conjunto llegó por mar hasta la ciudad de Santurce, Vizcaya, desde
donde fue trasladada por carretera hasta Sevilla, en siete camiones tipo
tráiler y dos vehículos especiales para las piezas de mayores
dimensiones.
“Huevo de Colón”. El conjunto es un gran huevo formado por las velas de las naves del almirante, en cuyo interior se sitúa una estatua de Cristóbal Colón, el cual sostiene un mapa desenrollado desde una mano a la otra sobre el cual, se disponen las tres carabelas.
Aunque la obra oficialmente se llama “El nacimiento del Hombre nuevo”, por su aspecto es más conocida como el
Como curiosidad, en la sede de la UNESCO, París, se encuentra una réplica del mismo autor a escala mucho más pequeña.
Desde entonces el “Almirante de la Mar Océana” otea el horizonte del Guadalquivir desde San Jerónimo.
“Huevo de Colón”. El conjunto es un gran huevo formado por las velas de las naves del almirante, en cuyo interior se sitúa una estatua de Cristóbal Colón, el cual sostiene un mapa desenrollado desde una mano a la otra sobre el cual, se disponen las tres carabelas.
Aunque la obra oficialmente se llama “El nacimiento del Hombre nuevo”, por su aspecto es más conocida como el
Como curiosidad, en la sede de la UNESCO, París, se encuentra una réplica del mismo autor a escala mucho más pequeña.
Desde entonces el “Almirante de la Mar Océana” otea el horizonte del Guadalquivir desde San Jerónimo.
20190904
- Ya llegó mi Invierno -
REFLEXIONES DE ESE VIEJO
QUE TODOS LLEVAMOS ENCIMA
Ya me llegó mi Invierno, ¿sabes?
El tiempo tiene su manera especial para tomarte desprevenido al paso de los años.
Me parece que ayer era joven...
Pero no, en cierta forma parece que fue hace mucho tiempo.
El tiempo tiene su manera especial para tomarte desprevenido al paso de los años.
Me parece que ayer era joven...
Pero no, en cierta forma parece que fue hace mucho tiempo.
¿Dónde se fueron los años? Sé que los viví, lo sé.
Tengo visiones de cómo fueron y de todas mis esperanzas y sueños.
Pero allí está.
Tengo visiones de cómo fueron y de todas mis esperanzas y sueños.
Pero allí está.
Ya me llegó el invierno de mi vida y me ha cogio de sorpresa.
¿Cómo llegue aquí tan rápido?
¿Dónde se fueron los años de mi juventud?
Recuerdo que pensaba que ese invierno estaba tan lejos que no podía imaginar cómo sería.
Pero me llegó.
Mis amigos están ya retirados y están volviéndose "grises", como yo.
Recuerdo que pensaba que ese invierno estaba tan lejos que no podía imaginar cómo sería.
Pero me llegó.
Mis amigos están ya retirados y están volviéndose "grises", como yo.
Se mueven más lento.
Algunos están en mejor forma, otros peor que yo, pero veo el cambio.
Eran jóvenes y vibrantes... como yo.
Pero la edad se empieza a sentir y a notarse.
Ahora somos aquellas personas mayores que nunca pensamos que seríamos algún dia.
Echarse una siesta ya no sólo es algo agradable como antes, ahora es algo obligatorio, porque si no lo hago por propia voluntad, simplemente me quedo dormido donde esté sentado.
Así he entrado en esta nueva etapa de la vida.
Así he entrado en esta nueva etapa de la vida.
Sin preparación alguna para sufrir dolores y achaques.
La pérdida de fuerza o habilidad para ir y hacer las cosas que quisiera.
Pero lo que si sé es que este invierno se irá más rápido.
Entonces empezará otra aventura.
Tengo arrepentimientos por haber hecho cosas que hubiese querido no haber hecho, y por no hacer cosas que sí debí hacer.
Entonces empezará otra aventura.
Tengo arrepentimientos por haber hecho cosas que hubiese querido no haber hecho, y por no hacer cosas que sí debí hacer.
Pero hay muchas más de las que estoy contento.
Si todavía no te ha llegado tu invierno, déjame recordarte que vendrá mucho más rápido de lo que piensas.
Si todavía no te ha llegado tu invierno, déjame recordarte que vendrá mucho más rápido de lo que piensas.
Por lo que cualquier cosa que quieras lograr en tu vida hazla rápido, ahora... no lo pospongas por mucho tiempo.
La vida se pasa pronto.
Haz todo lo que puedas hoy, porque nunca estarás seguro si ya estás en tu invierno o no.
Quien sabe si lograrás vivir todas las estaciones, así que vive el hoy y di ahora las cosas que quieres que tus seres queridos recuerden, no te guardes nada
La vida es un regalo que se nos ha dado.
Haz de este viaje algo único, agradable, fantástico, para ti y para los que te rodean.
VIVE BIEN
Disfruta todos los días.
Sé feliz.
Recuerda:
La riqueza es la salud y no las piezas de oro y plata, no las cosas materiales y ese afán de defender lo mío, mío, solo mío.
Finalmente, te sugiero que goces de tu vida mientras dure.
Sé feliz.
Recuerda:
La riqueza es la salud y no las piezas de oro y plata, no las cosas materiales y ese afán de defender lo mío, mío, solo mío.
Finalmente, te sugiero que goces de tu vida mientras dure.
Y recuerda que salir a la calle es bueno, pero regresar es mejor.
Si olvidas nombres, no importa. Tal vez, esas personas ya olvidaron que te conocieron.
Si olvidas nombres, no importa. Tal vez, esas personas ya olvidaron que te conocieron.
Duermes mejor en un sillón con la tele encendida, que en la cama.
Las que antes eran pecas, ahora dicen que son manchas por mal funcionamiento del hígado.
Posees tantas cosas que nunca usas, sabes tantas cosas para compartir.
Pero algo que siempre debes recordar, es que mucho... muchísimo de lo viejo fue bueno.
Las viejas canciones, películas clásicas, y lo mejor de todo...
TUS GRANDES AMIGOS DEL ALMA.
Me despido deseándoles que estén bien.
Me despido deseándoles que estén bien.
Queridos y siempre recordados amigos.
Ahora reprimo una lágrimas que luchan por salir al exterior.
Recuerdo tan gratos momentos, de mi pasado, en que vosotros estuvisteis presentes. Y de cada uno de ustedes aprendí algo muy valioso.
No es lo que has reunido o acumulado, si no lo que has repartido y lo que has dado de ti, lo que has entregado con generosidad y con cariño, lo que dirá la clase de vida que has tenido.*
Sin nada más que decir (aunque se quede muchos pensamientos en el tintero), me despido de vosotros, con un afectuosos y fuerte abrazo.
Que tengáis un buen día... amig@s.
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