¿HIJOS...?
Hace años, algunos
años, conocí a una persona y, esa persona, me contó una historia.
Una historia sentimental y, a la vez, desgarradora.
Esa persona, ya
mayor, con lágrimas en sus ojos y mirada desengañada, empezó a
desahogarse y a narrarme la historia más triste que jamás escuché.
Ésto me contó:
Nuestro amor, por
ellos, va creciendo a la vez que ellos, también van creciendo.
Comienzan a tocar empiezan a hablar, y sentimos, nuestra baba caer
por la comisura de los labios, mientras los miramos embobados y
ensimismados, absortos en ellos, disfrutando de ellos.
Los años pasan, tal
vez demasiado rápidos, o demasiado rápidos… sin “tal vez”.
Seguimos disfrutando
de ellos y con ellos.
Los sacamos al
parque, los llevamos a colegio, les curamos esas heridas que se hacen
al caer al suelo, esas heridas que nos duele más a nosotros que a
ellos. Ahogamos sus lágrimas con nuestros besos, deseamos pasar sus
fiebres y sus dolores de dientes, deseamos que no les toque ni el
mismísimo aire y ansiamos, fervientemente, que cualquier mal que les
pueda llegar, se desvíe y nos llegue a nosotros. Porque su bienestar
es nuestro bienestar y sus sonrisas son nuestra recompensa.
Eso es amor en
estado puro.
Tratamos de
enseñarles lo poco que sabemos, le damos TODO Y MÁS.. por ese amor
y creemos que esa situación, que esa sensación de felicidad diaria,
será eterna y nos sentimos dichosos, por ello.
Pero…
los años pasan
inexorables y, de pronto, un día, casi sin darnos cuenta, todo
cambia.
La historia se torna, de pronto, gris, muy gris, tristemente
gris.
Un día, reparas en
que tu casa la han ocupado desconocidos, personas que, si, se parecen
a tus hijos, ocupan su lugar pero no son ellos.
Qué macabra puede
llegar a ser la vida, como, de un día para otro, se puede llevar el
sol, nuestro soles y dejar esta oscuridad latente.
Al principio te
asustas, temes por ellos. ¿Dónde estarán mis niños? te preguntas y piensas que
quien coño son éstos desconocidos que se ponen sus ropas, duermen
en sus camas y se han apropiado hasta de sus nombres, ¿quienes son?
Hasta que, pasado el tiempo, resignado
y hundido, comprendes que, seguramente, nunca volverán.
Nunca volverás a
escuchar ese cariñoso y entusiasmado “PAPI”, de sus labios, nunca volverás a
ser su héroe, nunca volverás a ser su referencia para todo, nunca
volverán a tronar, en el pasillo, esas aceleradas carreras para
darte el más largo y tierno, de los abrazos, a tu vuelta del trabajo
y nunca volverás a leerles esos cuentos, esas bonitas historias,
antes de irse a dormir… nunca !!
Aunque tú,
incrédulo, los sigues alimentado, sigues albergando la fantasía que
son tus niños y de que volverán. De que es un mal sueño, pero este
mal sueño, se torna pesadilla con el paso del tiempo y tus niños
siguen sin volver y estos desconocidos, cada día que pasa, son más
y más desconocidos.
Y, mientras tanto,
mientras pasas las noches en vela, rezando a dioses, de los que ni
crees, esperando el milagro. Ese milagro en el que tus niños
vuelven.
Mientras esperas, te
consuelas hojeando los viejos álbumes de fotos que les hiciste
cuando tus niños eran tus niños y tu felicidad era amor… ese
amor.
Diciendo ésto, mi
viejo amigo, tapó su rostro con sus arrugadas manos y se echó a llorar.
No tuvo fuerzas para acabar su historia, su triste historia de amor
Se echó a llorar, no sin antes hacer una pausa, respirar muy hondo, mirarme a los ojos y darme este sabio consejo:
CUANDO TENGAS HIJOS, JOVEN AMIGO,
DISFRÚTALOS MIENTRAS
SEAN PEQUEÑOS,
DISFRÚTALOS, CADA HORA DE CADA DÍA…
… ANTES DE QUE SE
VAYAN.
En aquel momento no comprendí sus palabras.
Nunca supe si su historia tuvo un desenlace feliz o no. La leyenda, suele contar que, con los años, esos niños vuelven.
Tal vez, el tiempo, alguna vez, me desvele el final, cuando ese viejo, sea yo y su historia, sea mi historia.
O, tal vez, su historia ya empieza a ser la mía... más de lo que quisiera !!
Tal vez, el tiempo, alguna vez, me desvele el final, cuando ese viejo, sea yo y su historia, sea mi historia.
O, tal vez, su historia ya empieza a ser la mía... más de lo que quisiera !!
MPALACIOSH



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