20160425


Cómo llegar a ser el amo 

de los "COCHES LOCOS"

Reconócelo, lo único que te interesaba, a principios de los ochenta, de toda la feria, era esa atracción que siempre estaba al fondo, la más grande y oscura de todas: los coches locos, tu hábitat. ¿Un territorio sin ley? No exactamente. Aunque no estaban escritas en ninguna parte todos conocíamos perfectamente las reglas básicas para convertirte en el amo de la pista (de choque) y claro, había que cumplirlas si no querías parecer un pringaó.


-Olvídate de pasar por taquilla entre viaje y viaje. Llena bien tus bolsillos el primer día con fichas suficientes para toda la feria, como si le hubieras hecho el puente a tu coche y ya te perteneciera solo a ti.

La espera es fundamental. Apoyado en esas barandillas es el momento de fichar qué y cómo se mueve por la pista. Puedes seguir la canción dando palmas, pero sin pasarte, eso no es un tablao flamenco, por mucho que el suelo de chapa metálica incite al taconeo.


-Ya te has hecho con el mejor coche y no lo vas a soltar. Siéntate de un salto, juega con esa ficha redonda de plástico entre tus dedos mientras enciendes un cigarro. Sí, claro que se podía fumar ¿y dónde no? El siguiente cigarro lo colocarás estratégicamente detrás de una oreja.

-Olvídate de llevar acompañante, queda fatal, y además no podrías llevar ese brazo extendido a lo largo del asiento y es fundamental.

-Primera vuelta marcando el territorio. Gira el volante y da alguna vuelta sobre ti mismo hasta que el alambre del techo saque chispas. Muy importante no chocarte ni una sola vez, dominio absoluto, que todos noten que ha llegado el rey.

-Llega el momento de atacar, sabes que ella te está esperando. Nada de choques frontales (demasiado agresivos) ni por detrás (no te vería), solo pequeños toques laterales en los que puedas poner en práctica esa cara de duro que llevas tanto tiempo ensayando frente al espejo.

-Dos, tres toques y sal de ahí, no insistas. Vete al otro extremo de la pista, espera a que todos los moscones la rodeen y entonces regresa con la suficiente potencia como para despacharles a golpes y que se les quiten las ganas de volver a molestar.

-Ahora sí, suelta tu mejor sonrisa y será correspondida, no falla.

-Calcula el tiempo que falta para el toque de la bocina de parada. Cuando los coches se detengan tienes que quedarte frente al de ella, separados por unos pocos centímetros.

-Salta y mete una de tus fichas en su ranura.

¿Alguna vez os funcionó? 
A mí, sinceramente, no y todavía no entiendo cuál de los pasos hice mal.




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