¿Dónde está, que yo todavía no la he visto?
¿O sí la he visto? No sé...
Juzgad vosotros, después de leer este tocho.
Te empiezas a dar cuenta que tu círculo de amigos es más pequeño que hace unos años y no te importa, porque vas seleccionando y te vas quedando con "los elegidos".
Te das cuenta, también, que cada vez tienes más ganas de estar con tus amigos, pasar buenos ratos con personas afines, con las que te sientes cómodo. Contando, siempre, que nuestro tiempo está hipotecado por uno u otro motivo y cuesta reunirse. Aunque, con las nuevas redes sociales, esa cuestión es más fácil de solucionar.
Te das cuenta que cada vez disfrutas más de esa cerveza, que sirve como excusa para charlar un rato con algún buen amig@.
También, te das cuenta, que los problema que tuvimos en tiempos pasados, son sólo eso... pasados y no influyen en las relaciones entre personas maduras.
Ya ni recordamos que, alguna vez, existieron desavenencias entre algunos de nosotros. Se ven las cosas desde otra perspectiva, desde la perspectiva de la experiencia, de la serenidad y de la amistad "pura", despojada de estúpidos egoísmos de otros tiempos, en los que actuábamos más con el miedo a "ser" e intentando, siempre, "parecer".
Hoy no intentamos aparentar lo que no somos... hoy ya somos, nos presentamos en el escaparte de la vida sin ropas, nos presentamos desnudos de falsos e hipócritas complejos.
Las multitudes ya no son “tan divertidas”, hasta, a veces, te incomodan o te aburren o ambas cosas, a la vez.
Te empiezas a dar cuenta que, mientras algunos eran verdaderos amigos, otros no eran tan especiales, después de tanto y después de todo.
Te das cuenta de que algunas personas son egoístas y que, a lo mejor, esos amigos que creías cercanos no son exactamente las mejores personas que has conocido y que la gente con la que perdiste el contacto hace años y, con las que ahora, vuelves a coincidir a diario (aunque sea por Whatsapp) resultan ser de los más importantes y divertidos amigos para ti y l@s vas redescubriendo día a día, charla a charla, broma a broma... reunión a reunión
Ríes con más ganas, pero lloras con menos lágrimas, y con más dolor.
A algunos les rompen el corazón y se pregunta cómo esa persona que amó tanto, le pudo hacer tanto mal. O quizás te acuestes por las noches y te preguntes por qué no puedes conocer a alguien lo suficientemente interesante como para querer compartir inquietudes
en eternas charlas.
Porque puede que, mañana, no te despiertes, o te despiertes como el protagonista de la Metamorfosis de Kafka, convertido en nadie sabe qué, quién sabe.
Tus opiniones se vuelven más fuertes. A veces te sientes genial e invencible, y otras, solo con miedo y confundido.
De repente, tratas de aferrarte al pasado, pero pronto te das cuenta de que el pasado cada vez se aleja más y que no hay otra opción que seguir avanzando en este camino llamado vida.
Te preocupas por el futuro, quizás ya no por el tuyo, pero si por el futuro de los tuyos.
Todos nosotros tenemos ‘medio siglo’ y, algunas veces, cerramos los ojos y queremos volver a los 15-16 años, volver a sentir como sentíamos entonces, aunque sólo sea "un ratito" y volver a jugar con los amigos, volver a sentir como nuestro padres nos regañan, volver a los libros debajo del brazo y volver a jugar al juego del enamoramiento.
Parece ser que sentimos que estamos en un lugar inestable, un camino en tránsito, pero todos dicen que es, verdaderamente, la mejor época de nuestras vidas y no tenemos que desaprovecharla por culpa de nuestros miedos.
Después de muchos años, queridos Parlantes, he llegado a la conclusión que, verdaderamente, hay dos cosas que se deben mimar y cuidar, sobre todas las demás, en esta vida que nos ha tocado, que son:
Unos que te han tocado y otros que tú los has buscado.
Tu familia y tus "buenos amigos"(tu otra familia).
Cuidémoslos, a ambos, porque
son los que nos van a dar nuestros mayores quebraderos de cabeza y, también, nuestras
más grandes satisfacciones. ¿O sí la he visto? No sé...
Juzgad vosotros, después de leer este tocho.
Te empiezas a dar cuenta que tu círculo de amigos es más pequeño que hace unos años y no te importa, porque vas seleccionando y te vas quedando con "los elegidos".
Te das cuenta, también, que cada vez tienes más ganas de estar con tus amigos, pasar buenos ratos con personas afines, con las que te sientes cómodo. Contando, siempre, que nuestro tiempo está hipotecado por uno u otro motivo y cuesta reunirse. Aunque, con las nuevas redes sociales, esa cuestión es más fácil de solucionar.
Te das cuenta que cada vez disfrutas más de esa cerveza, que sirve como excusa para charlar un rato con algún buen amig@.
También, te das cuenta, que los problema que tuvimos en tiempos pasados, son sólo eso... pasados y no influyen en las relaciones entre personas maduras.
Ya ni recordamos que, alguna vez, existieron desavenencias entre algunos de nosotros. Se ven las cosas desde otra perspectiva, desde la perspectiva de la experiencia, de la serenidad y de la amistad "pura", despojada de estúpidos egoísmos de otros tiempos, en los que actuábamos más con el miedo a "ser" e intentando, siempre, "parecer".
Hoy no intentamos aparentar lo que no somos... hoy ya somos, nos presentamos en el escaparte de la vida sin ropas, nos presentamos desnudos de falsos e hipócritas complejos.
Las multitudes ya no son “tan divertidas”, hasta, a veces, te incomodan o te aburren o ambas cosas, a la vez.
Te empiezas a dar cuenta que, mientras algunos eran verdaderos amigos, otros no eran tan especiales, después de tanto y después de todo.
Te das cuenta de que algunas personas son egoístas y que, a lo mejor, esos amigos que creías cercanos no son exactamente las mejores personas que has conocido y que la gente con la que perdiste el contacto hace años y, con las que ahora, vuelves a coincidir a diario (aunque sea por Whatsapp) resultan ser de los más importantes y divertidos amigos para ti y l@s vas redescubriendo día a día, charla a charla, broma a broma... reunión a reunión
Ríes con más ganas, pero lloras con menos lágrimas, y con más dolor.
A algunos les rompen el corazón y se pregunta cómo esa persona que amó tanto, le pudo hacer tanto mal. O quizás te acuestes por las noches y te preguntes por qué no puedes conocer a alguien lo suficientemente interesante como para querer compartir inquietudes
en eternas charlas.
Porque puede que, mañana, no te despiertes, o te despiertes como el protagonista de la Metamorfosis de Kafka, convertido en nadie sabe qué, quién sabe.
Tus opiniones se vuelven más fuertes. A veces te sientes genial e invencible, y otras, solo con miedo y confundido.
De repente, tratas de aferrarte al pasado, pero pronto te das cuenta de que el pasado cada vez se aleja más y que no hay otra opción que seguir avanzando en este camino llamado vida.
Te preocupas por el futuro, quizás ya no por el tuyo, pero si por el futuro de los tuyos.
El tiempo parece que corre más y eso es sólo porque nuestra percepción del
tiempo se automatiza y vuela. Los días se repiten, casi siempre es lo mismo. Cuando estás aprendiendo constantemente, en tu juventud, estás siempre leyendo acerca de nuevas cosas,
probando nuevas habilidades, en cierto sentido, experimentando cosas nuevas.
Ese aire a novedad ayuda a exprimir más el tiempo, evitando la sensación de que
“vuela”.
Todos nosotros tenemos ‘medio siglo’ y, algunas veces, cerramos los ojos y queremos volver a los 15-16 años, volver a sentir como sentíamos entonces, aunque sólo sea "un ratito" y volver a jugar con los amigos, volver a sentir como nuestro padres nos regañan, volver a los libros debajo del brazo y volver a jugar al juego del enamoramiento.
Parece ser que sentimos que estamos en un lugar inestable, un camino en tránsito, pero todos dicen que es, verdaderamente, la mejor época de nuestras vidas y no tenemos que desaprovecharla por culpa de nuestros miedos.
Después de muchos años, queridos Parlantes, he llegado a la conclusión que, verdaderamente, hay dos cosas que se deben mimar y cuidar, sobre todas las demás, en esta vida que nos ha tocado, que son:
Unos que te han tocado y otros que tú los has buscado.
Tu familia y tus "buenos amigos"(tu otra familia).
Debéis prometerme que vais a hacer todo lo posible por ser felices.
Hagamos valer nuestro tiempo y cuidad este presente, nuestro presente.
MPALACIOSH

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