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El ingeniero que cobró por saber dónde golpear Cuenta la leyenda que un ingeniero pidió 10.000 dólares por reparar una máquina… y solo hizo una marca de tiza. Lo que pocos saben es que aquella historia fue real, y su protagonista se llamaba Charles Proteus Steinmetz (1865-1923), uno de los mayores genios eléctricos de su tiempo. El incidente ocurrió en la planta River Rouge de Henry Ford, cuando un gigantesco generador dejó de funcionar y ningún ingeniero logró descubrir la falla. Desesperado, Ford recurrió a Steinmetz, un pequeño hombre jorobado con una mente colosal. Al llegar, el ingeniero pidió únicamente una cama plegable, un cuaderno y un lápiz. Pasó dos días y dos noches escuchando el zumbido del generador y llenando páginas con ecuaciones. Al tercer día, pidió una escalera, una cinta métrica y un trozo de tiza. Subió lentamente, hizo una sola marca en la superficie de la máquina y dijo: —Quiten 16 vueltas de cable desde este punto. Los técnicos obedecieron, y el generador volvió a rugir como nuevo. Poco después, Ford recibió una factura de 10.000 dólares. Sorprendido, pidió una explicación más detallada. Steinmetz respondió con otra factura: Marcar con tiza: 1 dólar Saber dónde marcar: 9.999 dólares Ford la pagó sin decir una palabra. Aquel día, el magnate comprendió que el valor del conocimiento no está en el esfuerzo visible, sino en la sabiduría de toda una vida detrás de un simple gesto.

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