¿Qué somos...?
Somos la suma de lo que, alguna vez fuimos y lo que, de ello, que es el somos de ahora... queda.
La
vida, el trato dado a nuestro cuerpo, a nuestra mente y alguna que otra
inclemencia no controlada por nuestra voluntad, es lo que ahora nos
define ante el imparcial espejo de nuestro efímero existir.
Qué
importa, ya, lo que fuimos, ahora importa lo que somos y el uso que
sigamos dándole a este cascarón cascado. que nos tocó habitar y que nos
acompañará hasta el final de nuestro camino, allá donde se entrega el
equipaje, la cuchara, amores, desamores, ilusiones, desilusiones y pertenencias amasadas, estúpidamente, en aras de
tener, de almacenar bienes materiales, en vez de procurar haber sido o,
todavía, ser, un apoyo para los demás. tus amigos y demás personas que
pululan por tus gastados caminos. Allí se entrega todo, allí nos entregamos todo y, el resto del viaje, será mucho más ligero, sin carga alguna, ni física, ni psíquica... creo.
Prepárate, ave pasajera, es mejor, siempre, estar preparado para lo que ha de acontecer y afrontarlo con entereza y con valentía, cual soldado presto a la acción inminente de la batalla. De los cobardes, la historia, nunca se ha molestado en escribir ni una sola línea, los cobardes no dejan huella, los cobardes no dejan recuerdos duraderos.
Y, luego, llegados a esa inevitable encrucijada, tranquilos, sosegados, felices
de haber sido, mirar a nuestro alrededor, con mirada larga, profunda, suspirar, llenar nuestros pulmones de dulce despedida, en ese
último, cálido y definitivo suspiro de vida y marchamos... marcharnos livianos, hacia nuestro
nuevo destino, que no es otro que convertirnos en recuerdo, gratos recuerdos, (espero), en la mente
de las personas que, en algún momento del viaje. nos han querido.
Se dice que se muere dos
veces, una vez, cuando exhalas tu último aliento y la segunda, cuando
fallece la última persona que aún te recuerda.
Pues eso, hagamos
las pases con nosotros mismo, con los demás y disfrutemos del resto de,
este, nuestro camino y no pierdas tu tiempo con nimieces, el camino es
más corto de lo que te imaginas, porque es más tarde de lo que crees...
Buen resto del viaje, ave pasajera.

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