20230930
20230923
El último abrazo y... dolor de ausencia.
Hoy me siento melancólico, frágilmente... melancólico.
Quien pudiera volver a esos 15 o 16 años y poder acercarse a Papá, poder acercarse a Mamá, mirarlos larga e intensamente, con ojos de eternidad deseada y compartida. Abrir los brazos de par en par y poder darles el más dulce, fuerte y sincero de los abrazos jamás dado.
Quien pudiera volver a aquel tiempo, por un solo segundo, para poder agradecer, lo que, en aquel momento, no éramos conscientes de tanto y tanto que deberíamos haber estado agradeciendo, durante tanto y tanto.
Mi deseo, en esta vida, es tenerlos, frente a mi, un solo segundo, un segundo solo, solo uno, solo pido eso, no pido más. Para poder abrazarlos con fuerza, con esa fuerza que debí abrazarlos durante cada uno de esos días que los tuve a mi lado y pude hacerlo, pero no fui consciente de lo afortunado que era al tenerlos tan... tan cerca.
No era consciente de lo que tenía y tampoco era consciente de lo que, algún día, podría perder. No fui consciente de lo afortunado que era.
No era consciente de que aquella situación, aquella vida, tenía fecha de caducidad y sin saber que, un día, volarían lejos de mis brazos.
Como así fue, un día se fueron lejos, sin haber podido dar ni una mínima parte de tanto y tanto recibido, durante tantos y tantos años.
Un día se fueron y yo quedé aquí, solo, herido de gravedad, huérfano, desamparado, desvalido interiormente y con ese vacío que vivirá siempre en mi, ese vacío doloroso y necesario que siempre me hará recordarlos y, por tanto, siempre me hará tenerlos presente, muy presentes, hasta el fin de mis días.
Mientras yo viva, ellos vivirán en mi y en mi pensamiento, mientras yo viva, ellos seguirán viviendo.
Ese vacío de haber perdido lo más preciado de mi vida, ese vacío de haber perdido el Amor Incondicional.
Ese vacío irremplazable, ese vacío rebosante de inconmensurable dolor, de eterno, desconsolado, desgarrador e infinito dolor.
Ese dolor de ausencia.
Cuanto no daría por un solo abrazo más... el último abrazo, el abrazo definitivo.
Hoy me siento melancólico, frágilmente... melancólico.
MPALACIOSH
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20230921
AYSSS... CON LOS DIOSES.
El lado izquierdo del cuerpo, es el lado dominante en el sistema linfático.
De acuerdo a las filosofías orientales, ya sean la india, la china, la tibetana o la tailandesa, el lado izquierdo del cuerpo es totalmente diferente al lado derecho. Incluso algunas tradiciones monásticas budistas incluyen dentro de sus preceptos para los monjes dormir sobre su lado izquierdo.
20230920
Si Me Tenias
https://www.youtube.com/watch?v=viJrcYMbMtE
20230918
20230914
20230912
¿Qué somos...?
Somos la suma de lo que, alguna vez fuimos y lo que, de ello, que es el somos de ahora... queda.
La
vida, el trato dado a nuestro cuerpo, a nuestra mente y alguna que otra
inclemencia no controlada por nuestra voluntad, es lo que ahora nos
define ante el imparcial espejo de nuestro efímero existir.
Qué
importa, ya, lo que fuimos, ahora importa lo que somos y el uso que
sigamos dándole a este cascarón cascado. que nos tocó habitar y que nos
acompañará hasta el final de nuestro camino, allá donde se entrega el
equipaje, la cuchara, amores, desamores, ilusiones, desilusiones y pertenencias amasadas, estúpidamente, en aras de
tener, de almacenar bienes materiales, en vez de procurar haber sido o,
todavía, ser, un apoyo para los demás. tus amigos y demás personas que
pululan por tus gastados caminos. Allí se entrega todo, allí nos entregamos todo y, el resto del viaje, será mucho más ligero, sin carga alguna, ni física, ni psíquica... creo.
Prepárate, ave pasajera, es mejor, siempre, estar preparado para lo que ha de acontecer y afrontarlo con entereza y con valentía, cual soldado presto a la acción inminente de la batalla. De los cobardes, la historia, nunca se ha molestado en escribir ni una sola línea, los cobardes no dejan huella, los cobardes no dejan recuerdos duraderos.
Y, luego, llegados a esa inevitable encrucijada, tranquilos, sosegados, felices
de haber sido, mirar a nuestro alrededor, con mirada larga, profunda, suspirar, llenar nuestros pulmones de dulce despedida, en ese
último, cálido y definitivo suspiro de vida y marchamos... marcharnos livianos, hacia nuestro
nuevo destino, que no es otro que convertirnos en recuerdo, gratos recuerdos, (espero), en la mente
de las personas que, en algún momento del viaje. nos han querido.
Se dice que se muere dos
veces, una vez, cuando exhalas tu último aliento y la segunda, cuando
fallece la última persona que aún te recuerda.
Pues eso, hagamos
las pases con nosotros mismo, con los demás y disfrutemos del resto de,
este, nuestro camino y no pierdas tu tiempo con nimieces, el camino es
más corto de lo que te imaginas, porque es más tarde de lo que crees...
Buen resto del viaje, ave pasajera.
No Querías Lastimarme
20230904
Reflexión: