Bellísima Historia de amor.
Él tiene ochenta años e insiste en desayunar con su mujer, cada mañana
Y cuando le pregunté:
Entonces le volví a preguntar:
¿Se preocupará, su mujer, si tardas en ir a desayunar con ella?
Y él respondió:
Ella ya no se acuerda… ya no sabe ni quien soy yo, desde hace ya cinco años, no me reconoce."
Yo, sorprendido, le dije
¿Y aún así sigues desayunando con ella, cada mañana, a pesar de que ella no te reconoce?
El hombre sonrió, me miró a los ojos y me apretó la mano, entonces me dijo:
Ella no sabe quien soy yo, pero yo todavía sé quien es ella.
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