20230126

 

LA MUERTE Y LA NIÑA

La muerte llamó a la puerta y la pequeña Miranda fue quién abrió.
¿Dónde está tu madre? —preguntó la muerte, con su vestido negro, su cabello rojo y sus pupilas de fuego gris.

La niña ya la conocía. La había visto dos meses atrás, el día que su abuela ya no se levantó.
Sígueme —dijo la pequeña Miranda.


Caminaron hasta el fondo del pasillo y llegaron a una puerta, la cual, la niña abrió para demostrar sus modales. Dentro estaba completamente oscuro. Las cortinas cerradas y el tragaluz bloqueado le robaban los colores al cuarto.

«Gracias», dijo la muerte con su voz ronca y sensual. 
Entró, y salió un minuto después, con un corazón en una bolsa hecha de tela.

Cuando la muerte se fue, la pequeña Miranda fue a la cocina, llegando en el momento exacto en el que una mujer, con el rostro golpeado, amoratado y con una cuerda alrededor de su cuello, se lanzaba desde una silla...

Sin embargo, la cuerda, en su cuello, por alguna razón inexplicable, se rompió como si fuera de papel.

«Mamá», murmuró la pequeña y la mujer se volvió, hacía ella, inmediatamente. 

Lloró avergonzada y abrazó a su hija, como nunca antes.

Mami, ¿juegas conmigo a la pelota?
No puedo Miranda, debo cocinar para cuando tu padre se despierte.
Yo no me preocuparía por eso. No creo que se levante —dijo la pequeña antes de ir a buscar su pelota...


----------------

No hay comentarios:

Publicar un comentario