- Tu cerebro necesita silencio -
Estudios recientes,
muestran lo importante que es, el silencio,
para el funcionamiento del cerebro.
El ruido provoca, en el cerebro, la activación del mecanismo de huida o lucha, es decir, una reacción
de estrés.
Cuando el
ruido es constante aumentan los niveles de cortisol, los niveles de glucosa en
sangre, la presión arterial, y se desencadenan las peores consecuencias del estrés crónico. El
ruido ambiental aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
El ruido afecta a la capacidad de los niños para aprender,
y en los adultos puede provocar o empeorar la depresión y la ansiedad.
Cuando, además, el ruido afecta al sueño, estos efectos se
multiplican.
El doctor Bernardi estaba
estudiando los efectos de la música en la relajación, y se
dio cuenta de que el mayor estado de relajación se alcanzaba, no con las obras
musicales más pausadas, sino durante las pausas en silencio entre pieza y
pieza.
Se sabe
que el deporte estimula el crecimiento de neuronas en
el hipocampo, la parte del cerebro que se encarga de la memoria. Los
investigadores se preguntaron si se podía conseguir el mismo efecto
usando sonido. Primero probaron con un tono continuo, y luego con Mozart.
Pero lo único que hizo a las neuronas multiplicarse fue el
silencio.
Dos horas al
día de silencio,
proporcionan el mayor efecto sobre la neurogénesis.
El
silencio, también, es el espacio mental en el que se activa la red de modo por
defecto, un sistema dentro del cerebro que actúa cuando reflexionamos sobre
nosotros mismos, y define nuestra identidad.
Cuando estamos ocupados en una actividad,
esta red se inhibe, pero cuando cerramos los ojos y estamos en silencio, la red
de modo por defecto se activa. Es decir, el silencio es lo que nos
permite tener una vida interior.
El silencio también es necesario para "recargar las pilas" del
cerebro, tras el daño causado por el ruido. Cuando nos forzamos a prestar
atención a algo, durante mucho tiempo, nuestro cerebro se fatiga.
Determinadas actividades como estar en un entorno natural y en
silencio, se han calificado como “restauradoras” de la capacidad del cerebro.
Pues, eme aquí, con mi maltratado cerebro.
Cansado de las repetidas y largas esperas, en los semáforos, en rojo, que la vida nos obsequia.
Pues, eme aquí, con mi maltratado cerebro.
Cansado de las repetidas y largas esperas, en los semáforos, en rojo, que la vida nos obsequia.
Cansado de tratar con gente insufrible e
intratable.
Cansado de ver tanto y tanto asfalto
recalentado, por el pasear de nuestras prisas.
Cansado de tanto y de tantos...
Siguiendo el consejo del doctor Bernardi,
un servidor y con vuestro permiso, se marcha, una buena temporadita, a SU RETIRO DE SILENCIO.
A recargar las pilas, a disminuir los
niveles de cortisol, a resetear el cerebro... a recargar vida.
Salud y Saludos.- MPALACIOSH
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