20180119

-  E  S  T  O  -


Que pena.
Que pena que el paso del tiempo matara a ese niño
tan inocente, tan libre de falsos complejos y tan feliz, 
sobre todo, tan feliz, insultantemente feliz.
Tan feliz que, ni siquiera, era consciente de su propia felicidad.
Vivía en su mundo y su mundo era sus amigos, sus libros
y poco más. Poco más importaba.

No necesitaba nada más
Ese niño que vivía en cada uno de nosotros. 
Y que, un buen día se fue, como sin quererlo, poco a poco, sin decir ni adiós.

Ese niño que, cuando nuestra mente vuela y nos envuelve la triste melancolía solitaria,
Rememoramos, recordamos y tratamos de alcanzarlo para traerlo 
hacía nosotros, para abrazarlo, para volver a sentirlo, para volver a vivirlo.

Es entonces, cuando nos damos verdaderamente cuenta que se fue para no volver 
y nos dejó aquí desamparados, envueltos en un cuerpo que, cada vez, 
se asemeja menos a aquel. 

Si... se fue.
Y, a cambio, nos dejó *ESTO*.



Esto, con la inocencia rota.
Esto, lleno de problemas.
Esto, con mil quebraderos de cabeza.
Esto, con más responsabilidades que ilusiones.
Esto... que ni sé como calificarlo.



*ESTO* que somos ahora.
Sombra de aquel niño que un día nos robó el tiempo.

Cuando la triste melancolía vuela, 
desde el fondo de mi mente, 
surgen mil pensamientos
y surgen mil por qués.
Preguntas que nunca se han de responder.
MPALACIOSH

No hay comentarios:

Publicar un comentario