- selfis -
Generación postureo
El afán de mostrar a los demás lo felices que "somos"(??).

Nos gusta compartir el lado bonito de nuestras vidas. Mostramos lo mejor de nuestro día a día al mundo, a través de las redes: tu última postura salida con un tenue filtro, un plato del restaurante más trending y un “Smoothie bowl” el nuevo desayuno (sano) de moda.
Pero hay un inconveniente: nuestras vidas no son siempre de color de rosa por mucho que queramos que sea así.
Tenemos una necesidad imperiosa de mostrar al mundo lo felices que somos. Vivimos en un mundo plagado de selfies, obsesionados con la popularidad y con mostrar el lado bueno de las cosas .
Cientos de personas permanentemente unidas a una comunidad “falsa” y efímera, donde se potencian unos valores que no existen y se difumina una auténtica realidad. Un mundo de colores donde predomina la foto de tu última cena, tu foto de verano con el tan ansiado flotador XXL o tu plato de comida...
Es imposible que una persona esté siempre feliz y trate de demostrárselo al resto del mundo a través de sus selfies o vídeos.
Tenemos la necesidad de dar a conocer al mundo lo felices que somos. Esto, cómo os podéis imaginar, se llama “postureo”. Lo vemos todos los días, incluso los que dicen estar en contra, lo hacen mediante whatsapp, en cuya foto de perfil aparecen poniendo morritos. Nos gustan los “me gusta”, y a algunos incluso se le va de las manos. Ponen comentarios con un “sígueme y te sigo” y tú te preguntas: a mí que más me da lo que hagas los miércoles por la noche, pero aun así algunos caen
La brecha que separa nuestra vida privada de lo público se ha hecho casi imperceptible. Gracias al acelerado desarrollo de las redes sociales, hay veces que parece que vivamos en una sociedad en donde cada miembro habita dentro de una pecera que deja completamente al descubierto toda su intimidad.
Hay quien dice que la ambición y el narcisismo son dos cualidades que definen a la perfección esta generación de postureo.
Hay quien dice que la ambición y el narcisismo son dos cualidades que definen a la perfección esta generación de postureo.
Esta generación ha cambiado el refrán ‘tanto tienes, tanto vales’ por el ‘tanto enseñas, tanto vales’. Atrás quedaron los sentimientos, los momentos vividos… Aquello que no puede ser fotografiado
Quizá se te olvida que lo más valioso, jamás podrá ser fotografiado, será lo que realmente te hará vivir… lo que realmente te hará feliz, lo que realmente nos hará feliz, amig@s míos
¿De verdad estamos siempre felices?
Vivimos en una sociedad en donde la felicidad está muy valorada, donde las personas tienden a mostrar lo que creen mejor de ellas, de sus vidas para ser valoradas o etiquetadas como personas felices, ante los demás.
Hay estudios que concluyen que cuanto más se usan las redes se tiene peor nivel de satisfacción con la vida o más posibilidad de sufrir ansiedad entre otros trastornos. Si lo observamos es un círculo: mostrar felicidad para ser infelices y por eso se muestra más felicidad y así sucesivamente se convierte en un círculo vicioso.
Según los especialista en redes sociales, los usuarios elaboran, diariamente, una pequeña novela de su vida: “Dado que empieza el tema de la aceptación de los demás, el usuario tiende a hacerse adictivo a que le den un me gusta, por eso la necesidad de presumir lo que se está haciendo siempre”.
Las redes sociales ofrecen un buen campo de cultivo para dos características humanas muy extendidas: el alardear de lo que se tiene y el husmear en la vida de los demás.
Ambición y narcisismo son dos cualidades que definen perfectamente a esta generación del postureo, que ha visto crecer internet a marchas inimaginables y que no concibe su vida sin contar su fin de semana en sus redes sociales. Pero esto puede llegar a ser muy peligroso.
Reconócelo, tú también lo has hecho. Has cometido el pecado
goloso del postureo.
Te has dejado seducir por el aplauso fácil y la sonrisa
cómplice de tus seguidores en la red. En otros tiempos, para ser un
caballero andante, un galán o un triunfador, era necesario entregarse a la
arbitrariedad del sueño, y esperar queMorfeo nos otorgase
un descanso inolvidable.
Hoy ya no hace falta dormir para convertirse en la persona que se desea
ser de cara al público. Basta un perfil en una red social, unos
cuantos selfies,
una dosis de 'sonrisas Profidén' y algo de tiempo libre para dibujar una vida
envidiable.
Los 'fantasmas'
han existido toda la vida, y el postureo,
también.
En psicología existe el
denominado 'complejo de Eróstrato' para referirse a
aquellas personas que buscan la fama, la notoriedad o
pasar a la posteridad utilizando todos los medios a su
alcance.
Recibe su nombre de Eróstrato, un pastor de Éfeso que en el año 356 ante de
nuestra era, incendió el templo de Diana, erigido en la ciudad y
considerado como una de las Siete Maravillas del mundo antiguo, con el único
motivo de ser conocido en su tiempo y en la historia y no se hizo un selfi
porque todavía no había móvil.
La razón psicológica por
las que redes sociales rebosan postureo se debe a la "necesidad de aprobación social". "El postureo es el intento de representar un rol en
nuestra vida que no nos pertenece, y que viene propiciado por la falta de autoestima".
Amig@, tu vales
mucho, no hace falta que intentes aparentar lo que no eres.
Yo te quiero y te
acepto tal y como eres.
Por favor... NO
CAMBIES NUNCA.
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