20250123

 

En la Edad Media, muchas mujeres, de la nobleza, tenían esclavos de lengua, que los servirían cada vez que sus maridos no estuvieran.
La idea de sólo sentarse en la cara de un hombre les permitiría experimentar algo de placer pero permanecer fieles a sus maridos.

En la antigua Persia, las sillas reinas fueron elaboradas para acunar la cabeza y el cuello del hombre en caso de que fuera llamado a servir a muchas mujeres o si la mujer involucrada necesitaba un servicio más largo de lo habitual
Las mujeres se sentaban en la silla y tapaban su vestido encima
Había un agujero donde se sentaban donde estaría la cara del hombre.






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