20240107

 

EL VIAJANTE


Esto es algo que, algún día, leí o escuché, 

en algún sitio y que, ahora ha llegado a mi inquieta memoria y, modestamente, 

me atrevo a compartir contigo.

Cuenta la leyenda que un viajante llegó a un poblado, buscando alojamiento pa pasar la noche.
El pueblo se encontraba en fiestas y todas las fondas estaban completas.

Preguntó, en la taberna del pueblo, por un alojamiento pa pasar la fría noche, ya que todas las fondas estaban ocupadas y, el tabernero, le indicó que se dirigiera a casa del sabio, que solía dar hospedaje a viajantes necesitados.

Dirigiose (bonito palabro), dicho viajante, a casa del sabio, a las afueras del pueblo.

Golpeó la puerta, en la gélida noche de invierno, saliendo un señor de barbas blancas (los sabios suelen ser viejos, la vejez es sinónimo, en la mayoría de los casos, de sabiduría, aunque, en tu caso, no sea así), preguntándole, dicho señor, por el motivo de su insistente llamada.

El viajante, le dijo que necesitaba un lugar pa pasar la noche y le preguntó si el tendría la amabilidad de alojarlo en su casa.

El sabio asintió con la cabeza y le hizo entrar, viendo el viajante, una casa de una sola habitación, con solo una rústica mesa de madera con dos sillas, solamente y varias mantas apiladas en  un rincón de la estancia, junto con  cuatro cacharros, de cocina, junto a la pequeña y humeante chimenea.

Preguntole (otro palabro mío). el viajante que donde estaban todas las cosas que componían su hogar, que solo veía, tres o cuatro cosas.. nada más. qué donde estaban todas sus posesiones.

El sabio, tranquilamente, le devolvió la pregunta y le dijo que donde estaban todas sus cosas, que solo veía un hatillo con algunos prendas de ropa.

El viajante, contrariado, le espetó que era lógico que portara pocas cosas cosas, ya que el solo estaba de paso.

Respondiéndole, el sabio:
- tu estás de paso, señor viajante... Y YO TAMBIÉN.

MPalaciosH


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