20220803

 

El mecanismo del botijo

(Búcaro, en mi tierra)

El búcaro es un instrumento técnico preindustrial que roza la perfección. 
La física, la termodinámica, la respuesta de los materiales minerales transformados, las condiciones climáticas y ambientales, la eficiencia energética, las virtudes saludables de servicio, la eco efectividad y otros aspectos intervienen o se relacionan de forma directa en el funcionamiento del botijo. 

También aspectos culturales le confieren valor social, enorme en tiempos pasados y ejemplarizante en los actuales, el botijo ofrece servicios efectivos para la modernidad ecológica y lo hace con un balance que podemos considerar muy positivo.

En el botijo podemos encontrar una frescura rústica y el sabor nutritivo de los minerales desde la visión poética de ese compendio de arte y técnica donde también la belleza está presente en este humilde artefacto de arcilla cocida porosa, sus orgánicas formas proceden de la arquitectura oblonda, que por su parecido a la esfera, puede y porqué no, tener un carácter simbólico de la perfección.


Algunas de sus definiciones para empezar :
Algunas definiciones para concretar sobre el utensilio al que nos referimos. Un botijo, que tiene otras denominaciones según las regiones como puede ser  pipo, pipote, piporro, pimporro. búcaro, barrila, piche, es esencialmente una vasija de barro poroso, destinada a contener agua para beber, que por efecto de la filtración y evaporación, se mantiene fresca. Del latín tardío butticula, diminutivo de buttis, tonel.

• Un cántaro de barro con pitorro y asa

• Una vasija de barro poroso que se usa para refrescar agua

• Un botijo es una vasija de barro cocido que se usa para refrescar agua. Tiene una base redonda y un vientre abultado que se estrecha en la parte superior donde se encuentra el asidero por el que se agarra el botijo. A un lado del asa se encuentra la boca por la que se procede al llenado mientras que en el lado opuesto se halla el pitorro o pitón por el que se desliza el chorro de agua al beber de él.

• Sebastián de Covarrubias en el año 1611, describe "botija", como "vaso de tierra ventrudo con la boca y cuello angosto. Los niños cuando están para llorar hinchan los carrillos y a esto le llaman embotijarse".

El botijo es un elemento típico de la cultura española. De hecho, difícilmente nos encontraremos una comarca que no tenga su botijo, que variará en formas, colores, cerámicas, etc.

Después de conocer algunas de sus definiciones propongo hacer un viaje por la historia, saber sobre el proceso de fabricación, sus materiales, las características de las arcillas, tiempo y temperaturas, y unas observaciones de su balance energético. 

Y como el mecanismo del botijo desde el año 1994 dispone de sus ensayos de laboratorio y ecuaciones, presentamos sus conclusiones y los actores que las elaboraron. Una parada en la componente fisiológica sobre la temperatura del agua de servicio del botijo no podemos pasarla por alto por ser de importancia para la salud humana, al igual que las ventajas ambientales que desde la modernidad cumple a la perfección en gran parte de la franja mediterránea el artefacto que nos ocupa. 

Realizar un test, con medios sencillos, pero que evidencia el destacado servicio que el botijo puede ofrecer a una parte de la gran familia humana que goza de un clima privilegiado y que puede convertir este calor en refrescante efecto para saborear el agua a un temperatura agradable y saludable. En uno de los momentos de la historia donde precisamente el clima de la biosfera cambia con rapidez el botijo puede ser un buen utensilio para ahorrar energía de refrigeración del agua.


Como funciona un botijo.

El enfriamiento por evaporación, es debido a la porosidad de la cerámica, que exuda agua, que al evaporarse toma el calor latente de vaporización del agua de su interior, consiguiendo que ésta se enfríe. La temperatura más baja a la que puede llegar el aire de evaporización del agua en su seno o temperatura de bulbo húmedo, determinará la temperatura mínima teórica a la que puede llegar el agua por evaporización, de esta manera, para que un botijo sea eficiente, requiere transpirar el agua y encontrarse en un ambiente seco.

Lo adecuado de un botijo es dejarlo en un lugar oreado a la sombra. Allí la evaporación espontánea transporta la parte más cálida del agua hasta lo alto del recipiente, donde el vapor sufre distintas suertes: una parte es absorbida (que así se dice) por la superficie interior arcillosa de la vasija, prosigue su viaje por los capilares de la materia sólida hasta asomarse al exterior y saltar al cálido aire circundante. Otra parte de lo evaporado opta por la salida directa de aquel encierro oscuro: por la boca y el pitón, pitorro.
Las formas redondas hacia fuera favorecen la ventilación. 

El aire cálido y seco reemplaza a buen ritmo el húmedo en el interior, evita la saturación sobre la superficie líquida y anima la evaporación. A cada gramo evaporado lo acompañan casi seiscientas calorías, para alivio térmico del sediento. La eficacia enfriadora del botijo decrece con la humedad del aire en torno. Para humedad del 50% un buen diseño genera una diferencia de temperaturas de ocho grados, que mantiene la evaporación del agua. En esas condiciones la potencia consumida por el botijo es de casi un vatio, lo que lo convierte en la nevera más económica. 


El vatio lo regala el aire circundante, y sirve para evaporar unos 30 gramos de agua al día. La temperatura del agua es el punto de rocío para el aire, y con una excelente ventilación, sería posible refrescar el agua hasta los 10º con aire caliente a 30ºC y seco al 20%.

La temperatura, humedad ambiental, velocidad del aire, tamaño del botijo y su porosidad, son factores que nos proporcionan su capacidad de enfriamiento, o sea, la diferencia de temperaturas entre su agua y el exterior.
El botijo enfría el agua al evaporarse la que resuda por su superficie, alcanzando una temperatura de equilibrio más baja que la del ambiente,sin quedar excesivamente fría y acomodada a la humedad del aire. Es la temperatura ideal más fisiológica para beberla.

El botijo está hecho de arcilla especial, y para que sea muy poroso ha sido sometido a un proceso de horneado a baja temperatura.  Así, sus partículas no se funden del todo: se ablandan y quedan pegadas, dejando poros por donde se cuela el agua que rezuma. 

El material arcilloso  queda impregnado de agua. Los billones de partículas de esta arcilla presentan una enorme superficie de contacto arcilla/agua, la cual, en un botijo mediano, puede llegar a algunos centenares de metros cuadrados. Esta agua, en los huecos mínimos que se comunican por un efecto de superficie, adquiere una estructura especial que la hace más idónea para captar y almacenar las propiedades transmitidas por la arcilla.
Escoger, preferentemente, botijos de arcilla blanca, los cuales son más porosos, procurando que entre la parte lateral y la cúpula tengan una curvatura más o menos hiperbólica, además de estéticamente son más armoniosos

Principio de funcionamiento del botijo: el agua se filtra por los poros de la arcilla y en contacto con el ambiente seco exterior (característica del clima mediterráneo), se evapora, produciendo un enfriamiento. La clave del enfriamiento está en la evaporación del agua exudada ya que disipa la energía térmica del agua del búcaro.

En el mes de agosto de 1994 un artículo en la prensa presenta que dos profesores de Química de la Escuela Técnica Industriales de la Universidad Politécnica de Madrid descubren la fórmula del enfriamiento del agua en el popular recipiente del botijo e integran en una sola fórmula todas las variables que actúan para que este tipo de recipiente enfríe el agua.


Los dos profesores publicaron los siguientes resultados experimentales:
En un botijo clásico se introdujeron 3,2 litros de agua a 39ºC y se sometió a un ambiente con esa misma temperatura y humedad relativa del 42%. Cada cierto tiempo se midió la masa total del botijo (para evaluar así la masa perdida por evaporación) y la temperatura del agua. Se observó que, en unas 7 horas el agua se enfría 15ºC, alcanzando los 24ºC. A partir de ese momento, el agua empieza a calentarse muy lentamente y, en la fase final, al cabo de tres días, la temperatura de las últimas gotas que quedan de agua es prácticamente la temperatura del ambiente.


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