20151117

YO, TODAVÍA, SÉ QUIÉN ES ELLA


Me apetece compartir con vostr@s, amigo@s míos, una historia que hace bastante tiempo que leí en algún sitio y que se me quedó marcada a fuego. 
Una historia que ahora he recordado y que seguro que os gustará, por lo emotiva que es, la voy a dramatizar, según recuerdo, a ver como me sale.
Aqui os la dejo, parlantes.

Era una mañana, temprano, cuando un señor de unos 80 años, caminaba apresurado por la calle. 
Un joven conocido que, con él, se cruzó, lo paró y le dijo:
- Buenos días, si no tiene mucha prisa, me gustaría que viniera conmigo a ver a ver una   cosa, a ver que le parece.
El anciano, sosegadamente, le respondió:
- Lo siento muchacho pero tengo que ir, ahora, al geriátrico de aquí al lado.
- ¿Al geriátrico?, ¿para qué quiere usted ir allí?
- ¿Qué por qué quiero ir yo allí?. Allí está mi mujer, lleva varios años, desde que se intensificó su alzhéimer. Voy, todas las mañanas, a las 9 y desayuno con ella. Ella ya ni me conoce, la pobre, pero la ayudo a desayunar y charlo con ella, charlo de los hijos, de los nietos, de todas nuestras alegrías pasadas juntos, de cuando éramos novios, de cuando nos conocimos, de la primera vez que la vi y que me enamoró. Le hablo, de todo y... de cuanto la hecho de menos.
- Pero, si ya ni le conoce, ¿qué más da que no vaya un día? No se va a dar ni cuenta, ¿verdad?
- Es verdad, no se daría ni cuenta.
-  Venga conmigo. Qué más da, ya ni sabe quien es usted.
- Es verdad, muchacho, es verdad, ella ya no sabe quien soy yo, PERO YO, TODAVÍA, SÉ QUIÉN ES ELLA.


MPALACIOSH

No hay comentarios:

Publicar un comentario