20151125

LA AMISTAD
La amistad es algo valioso que muchos buscamos mantener a través del tiempo. Buscamos personas que se adapten a nuestros intereses y que compartan nuestra visión de vida, o al menos una parecida. Lo cierto es que, dentro de la amistad, es necesario tener valores similares y privilegiar la lealtad frente a todo. Vas teniendo amigos y, cuando ya son muchos, te vas dando cuenta de que no todos valen tanto la pena como creías, y es mejor sacarlos de tu vida.

1. El que aparece y desaparece

Es ese amigo del que no sabes en días, o quizá semanas, y luego aparece sin avisar y tal como si no hubiese pasado el tiempo. Claro, en la amistad el tiempo no importa, pero cuando tienes un amigo que ni siquiera se manifiesta para saludar, entonces es porque simplemente no está interesado en ti.

2. El que sólo está interesado en el dinero

Es el que te pide dinero prestado o, al contrario, el que tiene mucho dinero y siempre se encarga de demostrártelo, luciendo sus lujos frente a ti.

3. El que miente todo el tiempo

Es ese que inventa historias para cualquier cosa. El que no es capaz de decirte que no quiso ir a verte, y sólo te dice que tuvo muchas cosas que hacer. Es en el que no puedes confiar, ni esperar que sea completamente sincero.

4. El que sólo sabe criticarte

Te juzga y critica por todo. Desde por cómo te vistes, hasta por qué haces. Nunca está satisfecho y siempre es duro al criticarte. A veces sin razón.

5. El que te envidia por todo

No le gusta que tengas cosas buenas o que pases por lindos momentos. Envidia todo y siempre se encarga de menospreciar todo lo que logras.

6. El que no sabe guardar secretos

Nunca puedes contarle un secreto, pues no duda en publicarlo y decírselo a alguien más. Lo peor es que siempre te pide que le cuentes más.

7. El que sólo te busca cuando necesita ayuda

Sólo aparece cuando necesita algo de ti, si no jamás lo ves cerca. Cuando estás bien se te acerca: cuando estás mal, se aleja.
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Pues no, lo siento, ese no es mi amigo, ese cree que lo es, pero NO LO ES y yo lo sé a ciencia cierta..
Sólo me quiere utilizar cuando me necesita, cuando... cuando precisa algo mío o cuando precisa explotar algunos de mis conocimientos y, el ingenuo, se cree que uno es tan tonto que no me doy cuenta. 
Pero no, ni el tonto es tan tonto, ni el listillo es tan listo.

Y, al final, siguiendo la selección natural, nos vamos quedando con los "güenos" amigos, aquellos amigos verdaderos que están contigo sin ningún interés, que te alientan, que te hacen reír, que te acompañan siempre, que aparecen en los buenos momentos al ser llamados y en los malos, aparecen... sin serlos y que comparten buenos ratos contigo sin segundas intenciones, sólo por el placer de compartir una bonita amistad.
Esos... !! 
Esos son los amigos que yo quiero a mi lado.
Esos son los amigos que tengo.
MPALACIOSH

20151117

YO, TODAVÍA, SÉ QUIÉN ES ELLA


Me apetece compartir con vostr@s, amigo@s míos, una historia que hace bastante tiempo que leí en algún sitio y que se me quedó marcada a fuego. 
Una historia que ahora he recordado y que seguro que os gustará, por lo emotiva que es, la voy a dramatizar, según recuerdo, a ver como me sale.
Aqui os la dejo, parlantes.

Era una mañana, temprano, cuando un señor de unos 80 años, caminaba apresurado por la calle. 
Un joven conocido que, con él, se cruzó, lo paró y le dijo:
- Buenos días, si no tiene mucha prisa, me gustaría que viniera conmigo a ver a ver una   cosa, a ver que le parece.
El anciano, sosegadamente, le respondió:
- Lo siento muchacho pero tengo que ir, ahora, al geriátrico de aquí al lado.
- ¿Al geriátrico?, ¿para qué quiere usted ir allí?
- ¿Qué por qué quiero ir yo allí?. Allí está mi mujer, lleva varios años, desde que se intensificó su alzhéimer. Voy, todas las mañanas, a las 9 y desayuno con ella. Ella ya ni me conoce, la pobre, pero la ayudo a desayunar y charlo con ella, charlo de los hijos, de los nietos, de todas nuestras alegrías pasadas juntos, de cuando éramos novios, de cuando nos conocimos, de la primera vez que la vi y que me enamoró. Le hablo, de todo y... de cuanto la hecho de menos.
- Pero, si ya ni le conoce, ¿qué más da que no vaya un día? No se va a dar ni cuenta, ¿verdad?
- Es verdad, no se daría ni cuenta.
-  Venga conmigo. Qué más da, ya ni sabe quien es usted.
- Es verdad, muchacho, es verdad, ella ya no sabe quien soy yo, PERO YO, TODAVÍA, SÉ QUIÉN ES ELLA.


MPALACIOSH