20211028

 

Desaparece la Filosofía en la ESO... aparecen los siervos 

 

Cuando no se esfuma el Latín de Bachillerato, lo hace el Griego en Selectividad. Cuando no recortan horas de Literatura, lo hacen de Historia. Ahora cae Filosofía, ahora Cultura Clásica. Y no, no se engañen. Este recorte no es patrimonio de un gobierno concreto. Sólo da respuestas a eso que decía Heidegger: el ser de hoy no necesita autonomía de pensamiento, porque lo somete al dictado mercantil. Y las Humanidades, me temo, no son rentables para ese monstruo que llamamos mercado.

 

Para qué sirve la filosofía? Se citaba a Platón para responder a la eterna pregunta, Platón diferencia entre dos tipos de sujetos: 

los hombres libres y los esclavos o siervos

 

A los primeros les persigue la dignidad del pensamiento libre, una suerte de autonomía mental a la que se accede, ya lo habrán adivinado, a través de la filosofía. Los hombres libres son nobles a la manera sociológica, es decir, no dependen de nada, ni de nadie. Los siervos, sin embargo, manejan un pensamiento servil, subordinado a otras corrientes o dogmas. Son, claro, lo contrario a la nobleza. Se muestran dependientes, sometidos... aborregados.

 

La asignatura de Filosofía desaparece del cuarto curso de la Educación Secundaria. Un renglón atrás me referí a la noticia como «novedad», pero lo cierto es que no tiene nada de novedoso. Sólo se aviene a una tendencia que demuestra hasta qué punto las Humanidades se derrumban como una de esas filas de dominó interminables. Cuando no se esfuma el Latín de Bachillerato, lo hace el Griego en Selectividad. Cuando no recortan horas de Literatura, lo hacen de Historia.

 

La enseñanza, cada día se orienta más hacia un producto puro del mercantilismo más infame, será cada cual quien deba cultivar o ayudar a cultivarse a esos niños que hoy afrontan sus catorce primeros años de vida en una escuela donde no le enseñan el origen de su historia, no le enseñan el origen de su lengua, no le enseñan a desafiar los límites de su mente, no le enseñan quién es, en suma, NO LO ENSEÑAN A PENSAR POR SI MISMOS, sino que le adoctrinarán pa lo qué puedan aportar en esta rueda capitalista/consumista y pa aceptar, dócilmente, lo que nuestros amados gobernantes... LES MANDEN y que, son "educados" pa acatar las órdenes, sin rechistar, sin pensar. 

 

Bueno, este adoctrinamiento, lo están ejecutando desde hace años, la prueba es que la mayoría, acatan, ya, TODO, sin rechistar y ponen su libertad, su vida y... su brazo,alegremente, a disposición inoculatoria, sin pensar, ciegamente, cuando "el guión se lo exije". 


No lo llamen enseñanza, llámenlo adaptación ¿laboral?, o algo así. Y que la verdadera educación recaiga sobre los, hasta ahora, siervos y mañana esclavos... del sistema.

zendalibros

MPALACIOSH


20211017

 

 

Lectura para esta noche:

“Una vez, cuando era adolescente, mi padre y yo estábamos haciendo fila para comprar entradas para el circo. Finalmente, solo había otra familia entre nosotros y el mostrador de entradas. Esta familia me causó una gran impresión.
Había ocho niños, todos ellos menores de 12 años. De la forma en que estaban vestidos se podía decir que no tenían mucho dinero, pero su ropa era limpia, muy limpia. Los niños eran muy bien educados, todos ellos parados en la fila, de dos en dos detrás de sus padres, tomados de las manos.


Estaban emocionados por los payasos, los animales y todos los actos que verían esa noche.
Por su emoción, podías percibir que nunca antes habían estado en un circo. Sería un punto culminante en sus vidas.
El padre y la madre estaban a la cabeza de la manada de pie, orgullosos como podría ser. La madre estaba sosteniendo la mano de su marido, mirándolo como si dijera: ‘Eres mi caballero en armadura brillante’.
El estaba sonriendo y disfrutando viendo a su familia feliz.


La señora de la taquilla le preguntó cuántos boletos quería, y él respondió con orgullo ‘quiero ocho entradas para niños y dos para adultos’. Entonces la señora le dijo el precio.
La esposa del hombre soltó su mano, se le cayó la cabeza, el labio del hombre comenzó a temblar. Entonces se acercó un poco más y preguntó ‘¿cuánto dijiste?’
La señora de taquilla volvió a decirle el precio.
El hombre no tenía suficiente dinero.
¿Cómo se suponía que iba a girar e iba a decirle a sus ocho hijos que no tenía suficiente dinero para llevarlos al circo?


Viendo lo que estaba pasando, mi papá metió la mano en su bolsillo y sacó un billete de $20 y lo dejó caer al suelo. No éramos ricos en ningún sentido de la palabra.
Mi padre se inclinó, recogió el billete de $20, tocó al hombre en el hombro y dijo: “Disculpe, señor, se le cayó este de su bolsillo”.
El hombre entendió lo que estaba pasando. No estaba pidiendo una limosna, pero sin duda agradeció la ayuda en una situación desesperada, desgarradora y vergonzosa. Miró directamente a los ojos de mi papá, tomó la mano de mi padre en sus manos, apretó el billete y con el labio temblando y una lágrima cayendo por su mejilla, respondió: “Gracias señor, esto realmente significa mucho para mi y para mi familia”.


Mi padre y yo volvimos a nuestro coche y condujimos a casa. Los $20 dólares que regaló mi papá es con lo que íbamos a comprar nuestros propios boletos.
Aunque no pudimos ver el circo esa noche, ambos sentimos alegría dentro de nosotros que fue mucho mayor que ver el circo.
Ese día aprendí el verdadero valor de dar.


Si quieres ser grande, más grande que la vida, aprende a dar.
El amor no tiene nada que ver con lo que esperas conseguir, solo con lo que esperas dar, que es todo.
La importancia de dar, la alegría en dar.
Aprende a hacer feliz a alguien con actos de dar”.

Katharine Hepburn.